OPINIÓN: Una silueta en Sant Antoni

El esténcil es una técnica artística que consiste en la aplicación de pintura dentro de una figura recortada. Se trata de un arte milenario que supieron cultivar romanos, chinos y japoneses; hasta los primeros habitantes de América lopracticaron. En el sur de la Argentina, por ejemplo, se halla el esténcil más antiguo: las formas de unas manos que fueron pintadas hace casi 10.000 años. Pero hay otros, más nuevos: en Barcelona, frente al Mercado de Sant Antoni, hay uno que reproduce la imagen de Roberto Bolaño; el único esténcil, quizás, que se ha hecho a partir de la figura de un escritor.
Allí, en la feria de usados que funciona los domingos por la mañana, los libros de Bolaño siguen vendiéndose porque la literatura de Bolaño, siete años después de su muerte, sigue leyéndose. Y no sólo eso: su fallecimiento imprevisto, a los cincuenta años, y la leyenda, a veces equívoca, que se ha generado alrededor de su biografía, acabaron por construir una imagen mítica, que se expresa en la recepción de «2666» (su primera novela póstuma) en Estados Unidos y en los variados homenajes, cátedras, mesas redondas y congresos que en Latinoamérica y en España le dedican a su vida y a su obra.
¿Acabará algún día la vorágine? ¿Será Roberto Bolaño el escritor más atractivo que ha dado la literatura latinoamericana en las últimas dos décadas? ¿O sus libros serán olvidados con el paso de los años? Nadie puede saberlo. Los caminos de la literatura, también en este caso, son inescrutables. Pero la obra de Bolaño, de todos modos, permanecerá. Será una referencia, el autor con el que todo escritor en lengua castellana, que sueñe con escribir una obra eximia, distinta y original, tendrá que vérselas, aunque para ello deba esperar miles de años.