Rajoy planea un superministerio social y absorber Cultura y Ciencia

MADRID- Ahora bien, el difícil escenario obliga a reforzar el papel del Estado, lo que acentúa la exigencia de «prudencia» en ese ajuste, advierten fuentes próximas a Rajoy. De tal manera que de antemano «debe quedar garantizado que el recorte no afectará al buen funcionamiento de ninguna de las áreas centrales de la acción política y económica», precisan. El modelo ideal sería la estructura de diez consejerías que se ha generalizado a nivel autonómico, pero para el caso del Gobierno central «hay que estudiarlo bien porque este tamaño de organigrama podría quedarse corto», añaden las citadas fuentes. Antes de las elecciones autonómicas y municipales los candidatos del PP firmaron un acuerdo en Palma en el que se comprometían a conformar gobiernos con un tope de diez miembros.

A partir de esa declaración, internamente se han asentado dos tendencias doctrinales sobre la estructura del futuro Gobierno de la nación. Por un lado están los que creen que Rajoy debe reducirla notablemente para dar un mensaje de austeridad; pero en el otro están los que consideran que la grave conjunción de una crisis económica, política e institucional exige fortalecer el Estado y que, por eso, no es bueno acortar el nivel de autoridad que el Gobierno representa. Rajoy no anunciará formalmente la composición de su Consejo de Ministros hasta que no cumpla con el trámite legal de su investidura como presidente. Pero, a día de hoy, parece que se ha decantado a favor de la primera corriente, es decir, del lado de la austeridad.

El Gobierno en funciones tiene 15 carteras, incluyendo las vicepresidencias. Y en el nuevo Ejecutivo el número de departamentos ministeriales no superará la docena, contando con las vicepresidencias. Para ello, los planes con los que trabajan en Génova incluyen la fusión de Cultura con Educación, una decisión contra la que ya se están revolviendo preventivamente en algunos ámbitos del mundo de la cultura, especialmente en los cenáculos madrileños. Otro de los ajustes pasaría por crear un macroministerio social que incluya Sanidad y toda la política social y asistencial. Hay quienes en él colocan a Trabajo –otros, lo cuelgan de Economía. El ministro a la cabeza tendría un perfil político, no especialista, según fuentes del PP, y a su cargo estaría un grupo de potentes secretarios de estado responsables de cada área. Un segundo macroministerio al que apuntan en el entorno de Rajoy es el de Industria, Comercio, Turismo y Ciencia y Tecnología. Esta última cartera es independiente en la actualidad y la lleva la ministra Cristina Garmendia. El balance de su gestión ha confirmado en esta Legislatura que elevar a la categoría de Ministerio las políticas de apoyo a la innovación y a la investigación no garantiza por sí solo un avance en este ámbito, sino que al final lo que pesan son las decisiones políticas y las iniciativas que se aprueban, según las fuentes consultadas.

Está por ver si Economía y Hacienda siguen unidas o se dividen en dos, como en la última etapa de Aznar. De Hacienda dependerá el ajuste del gasto público a nivel nacional y territorial. Las citadas fuentes ven menos clara la fusión de Justicia e Interior por el peso de estas dos carteras y las tareas pendientes que tendrán que afrontar.
Rajoy tiene delante un esquema que ha funcionado en sus años de oposición y que es que el que creó su «número dos», Soraya Sáenz de Santamaría, en el Grupo Parlamentario del Congreso. Este modelo, que se ha demostrado eficaz, consistió en dividir en tres la acción política: la económica, la social y la institucional.
«El esquema del Gobierno podría ser ése, no necesariamente bajo el paraguas de vicepresidencias en todos los casos, pero sí en cuanto a los llamados ministerios de Estado o ministerios de coordinación», explican en Génova. Rajoy ya anticipó en el Comité Ejecutivo del pasado lunes que no anunciará su equipo hasta que no sea formalmente presidente del Gobierno.

Para el lunes 12 de diciembre ha convocado una Junta Directiva Nacional del Partido Popular, máximo órgano del partido entre congresos.