País Vasco
PP y CiU pactan eliminar el euro por receta a final de año
BARCELONA– Los discursos de Artur Mas de los últimos tiempos son como las películas de «Rocky», no cambian de guión. En su comparecencia de ayer ante el Parlament de Cataluña para defender la tercera oleada de recortes, valorada en 1.500 millones de euros, el presidente catalán volvió a exponer un relato conocido, que la Generalitat se ve obligada a presentar un nuevo plan de ajuste para evitar el «colapso total» de sus finanzas y que sea «expulsada del sistema». Como le sucede al protagonista de toda historia, la Generalitat tiene su némesis, el Gobierno, al que Mas acusó de no pagar las deudas que tiene con Cataluña –970 millones– y de centrifugar el déficit hacia las comunidades autónomas de un modo «escandaloso».
Pero a diferencia de la película protagonizada por Sylvester Stallone, la solución no pasa por subirse a un cuadrilátero, pasa por conseguir el pacto fiscal. Ya le podía recordar la presidenta del Partido Popular catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que el País Vasco, con el concierto económico, tiene una deuda del 10 por ciento, y Madrid, que se rige por el régimen común, del 8 por ciento.
Con el pacto fiscal, la Generalitat no tendría que haber hecho el «gigantesco» esfuerzo para reducir en dos años entre 3.000 y 5.000 millones del presupuesto. Esfuerzos, que implican a la ciudadanía, como pagar un euro por receta médica, una medida que pese a estrenarse hace dos semanas, ya tiene fecha de caducidad. Como para suprimir la tasa era necesaria una modificación legal que requería al menos tres meses, el PP acordó con CiU que a finales de año valorarán si los objetivos de ahorro del euro por receta han dado sus frutos, y, de ser así, estudiarán eliminarlo. El Partido Popular sopesa que cuando llegue la hora de hacer balance, la Generalitat comprobará que se ahorra más dinero con el copago sanitario de Rajoy –240 millones de euros– que con el euro por receta –50 millones–.
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