Canadá
Europa y Estados Unidos siguen sin entenderse
La canciller alemana insistió ayer en que ya se han visto con Grecia los efectos de un déficit demasiado elevado.
Toronto- Las profundas discrepancias que mantienen EE UU y Europa sobre cómo estimular el crecimiento para que la incipiente recuperación no caiga en saco roto marcarán la Cumbre del G-20 que se celebra este fin de semana en Toronto (Canadá). EE UU volvió a insistir ayer en la necesidad de que el G-20 apueste por medidas para impulsar el crecimiento global, mientras que Europa se mantiene fiel a que la prioridad es recortar el gasto público.«Espero que este fin de semana en Toronto podamos seguir avanzando en el progreso y coordinar nuestros esfuerzos para impulsar el crecimiento económico», dijo el presidente de EE UU, Barack Obama, en la Casa Blanca antes de partir rumbo a Canadá, donde antes de participar en el G-20 se reunió con los dignatarios del G-8. Fue precisamente Obama quien inició la polémica, al expresar su temor, en una carta dirigida a sus homólogos del G-20 el sábado pasado, a que la aún frágil economía mundial vuelva a entrar en recesión si se retiran de súbito las medidas de estímulo. El equipo económico de la Casa Blanca sostiene que si el gasto público se contrae de forma brusca, la demanda podría caer, lo que a su vez minaría el crecimiento y podría provocar otra recesión. Los expertos han bautizado ese hipotético escenario como el «momento Hoover», en referencia al prematuro endurecimiento fiscal durante la Presidencia de Herbert Hoover en los años 30, al que se responsabiliza de que la Gran Depresión se alargase.Los países europeos abogan, sin embargo, por apretarse el cinturón, asustados por las dramáticas consecuencias de la crisis de deuda griega. Así lo volvió a dejar claro ayer la canciller alemana, Angela Merkel. «Alemania y la UE tienen una posición firme. Hemos recuperado tasas de crecimiento robustas y ha llegado el momento de reducir los déficit», afirmó, antes de añadir que «Europa ha experimentado que implica tener déficits muy elevados».
El derrochador reincidenteStephen Harper ha pasado de fustigador de despilfarradores a despilfarrador. En 1997, molesto con la dirección de su partido, el primer ministro canadiense fue nombrado vicepresidente de la National Citizens Coalitin, una asociación de ciudadanos desde la que fustigó el despilfarro de fondos públicos. Hoy, trece años después, no sólo se le acusa de dilapidar 1.000 millones de dólares en la Cumbre del G-20 que se celebra este fin de semana en Toronto, sino de gastar aproximadamente otros 6.000 en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver celebrados en febrero.
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