Argentina

Asesinar a «Clarín» y «La Nación»

La Razón
La RazónLa Razón

El presidente norteamericano Thomas Jefferson fue encarnizadamente tratado por la Prensa, pero en su ecuanimidad, estimó que prefería periódicos sin Gobierno que viceversa. Las organizaciones periodísticas internacionales detectan retrocesos en las libertades informativas que sólo son malamente compensados por la anarquía de los dominios de internet. En un territorio idiomático tan nuestro como el hispanoamericano, la degradación informativa es sostenida, pero quizás vemos el protagonismo circense de Hugo Chávez, por ejemplo, sin advertir que crea escuela.
Argentina está gobernada por una dupla: Cristina Fernández, la presidenta, y su marido-jefe-de-su-jefa-, el ex presidente Néstor Kirchner, llamados «los Reyes Católicos del Río de la Plata». A un año de las elecciones presidenciales ninguno tiene hoy posibilidades de ser reelegidos, mezclados entre cartoneros, corrupción administrativa, piqueteros y funcionarios peronistas que actúan como la banda de la porra.
«Clarín» es el primer diario en español y, un día de madrugada, una manada de inspectores de Hacienda, llegados en autobuses, asaltaron el periódico haciéndose con la contabilidad. Ahora el matrimonio pretende controlar al proveedor de las bobinas de papel para hacerse con ese «holding» y sólo distribuir el papel prensa entre sus afectos. De esta manera pretenden obligar a «Clarín» y «La Nación», otro de los grandes diarios de la Prensa en español, a dejar de ser críticos con el Gobierno y obligarlos a abastecerse de papel en el extranjero: un asunto ruinoso.
La propietaria y directora del rotativo «Clarín», Ernestina Herrera de Noble, y su mano derecha, Héctor Magneto, necesitan ayuda internacional ante este peronismo que, como siempre, regresa a sus orígenes liberticidas.
Es en la libertad de información donde más se advierte el efecto mariposa. Y la caída de «Clarín» y «La Nación» sonará con estrépido en todo el mundo de habla española.