Moscú
Rusia vetará cualquier acción exterior en Siria
Rusia se ha convertido en el único baluarte que le queda al presidente sirio, Bachar Al Asad. Detrás existe una razón estratégica, allí mantiene la única base militar fuera de la extinguida URSS, y utiliza su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para rechazar cualquier acción exterior y defender así al régimen de su socio Asad. Así, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, anunció que Moscú vetará cualquier solución que considere «inaceptable» y rechaza que se imponga un embargo de armas. Ante el dictamen de la ONU sobre el proyecto de resolución propuesto por Marruecos y respaldado por los países occidentales, la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, se mostró tajante: «Ha llegado el momento de que los miembros
del Consejo de Seguridad actúen con responsabilidad y aprueben una sentencia que favorezca al pueblo sirio». Mientras que Amnistía Internacional denunció que Rusia vendió armamento al Ejecutivo incluso en las mismas fechas en que se desarrolló la misión de inspección de la Liga Árabe, Lavrov mantiene que las armas vendidas a Siria no se utilizan contra los manifestantes, sino para garantizar «la defensa del país». Según informa el centro de Documentación de Violación de Derechos Humanos, la cifra de fallecidos durante los diez meses de protestas asciende a más de 7.100. El chorreo de sangre se prolonga sin cesar y ayer murieron al menos 56 personas a manos de las Fuerzas de Seguridad leales al régimen de Asad. Estos datos no hacen temblar al Kremlin, que aguanta la presión internacional y se mantiene firme en su apoyo al dictador.
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