Barcelona
La fiesta marroquí de Gustavo de Arístegui por Jesús MARIÑAS
Cayetano prefirió Ronda en lugar de Escocia, siempre en compañía de Eva. Les salió más a cuenta colaborar nuevamente con Porcelanosa que unirse a los jaleadores de premios sin tino, Y es que no se puede ser arte y parte, me comenta un seguidor descontento de las tres orejas que le han otorgado a Fran Rivera, a quien todos reciben con himno propio.Y no es el de «Matador», que se le podría corear después de que Rebeca sacara partido a su «affaire» de 72 horas. «Tú siempre fuiste duro de pelar», exaltan ante la cornada publicitaria que le propina una Rebeca que ya manda a su madre de plató en plató. Se llama Paquita, sin embargo, no es otra que Franciska, hermana de Eliseo del Toro y prima lejana de Benicio. Franciska y Eliseo fueron figuras pop en la Barcelona de los 70.
El 18 de este mes, Gustavo de Arístegui prepara una fiesta nupcial en Marrakech, y no precisamente para descongelar las relaciones que Moratinos amortigua. Al festejo van 60 íntimos, felices de su renacer sentimental. Recién separado, ahora ocupa un ático sobre el Café de Chivitas como inquilino de una Pitita Ridruejo que en Sotogrande estuvo cenando con Sarah Ferguson y sus rollizas niñas. Una reunión que no trascendió. Quien no quiere no sale, me reafirmo. Desde Italia me dan el porqué de la elección de Roma como escenario para el bautizo de los mellizos de Luis Alfonso de Borbón: «Es que el Vaticano le reconoce como Alteza Real, de ahí su predilección», afirman.
«Lo de Gustavo pasará a la historia. Se une a una marroquí», me asegura uno de los pocos invitados. Pero, si hablamos de separaciones controvertidas, la de la alcaldesa de Pamplona es una de las más sonadas. Parece que no se esperaba una jugada tan sucia como la del que todavía es su marido, que enseñó su casa a toda España.
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