Están en racha: «Atrapa un millón» y su presentador, Carlos Sobera, acumulan premios en su primera temporada en antena. Si hace unos meses logró el Premio Ondas al Mejor Programa de Entretenimiento, esta semana ha logrado sendos TP de Oro en los apartados de Mejor Programa de Entretenimiento y Mejor Presentador. Sin duda, «Atrapa un millón» es un concurso que parece haber nacido de pie, si se tiene en cuenta lo plácida, y exitosa que es su trayectoria. Sin embargo, esta bonanza no es producto de la casualidad y sí de ofrecer al espectador un concurso con las certeras dosis de imaginación, creatividad y emoción. La guinda la pone su presentador, Carlos Sobera, y su habilidad y experiencia en este tipo de formatos.

-¿Piensa que el secreto del éxito de «Atrapa un millón» es que no es un concurso inaccesible?
-Sí, es una de sus virtudes. Los espectadores han conectado muy bien con él porque tiene un formato muy sencillo y las preguntas no son excesivamente complicadas. En «Quiero ser millonario» ya viví la experiencia de formular preguntas muy difíciles y comprobamos que el espectador, al ser consciente de que no podía acertarlas, perdía el interés por jugar.

-El formato es aparentemente sencillo...
-Usted lo ha dicho, aparentemente. A pesar de que la mecánica del juego es fácil, los guionistas realizan un gran trabajo para plantear de forma atractiva e imaginativa las preguntas, sorprender a los concursantes y a los espectadores... No hay nada sencillo en la televisión.

-¿Cree que los concursos son el formato cien por cien televisivo?
-Sin duda. Para mí es la televisión en estado puro. Tiene todos los ingredientes: improvisación, espontaneidad, frescura... En un concurso, ni el presentador ni los concursantes saben por adelantado cuáles van a ser las preguntas, lo que añade emoción. El resto de los formatos están muy guionizados.

-Y luego está usted, el «factor Sobera». ¿Cómo definiría su labor?
-Me he especializado en gestionar las tensiones y el suspense, bien sea mientras se espera la respuesta del concursante o durante el tiempo en que se tarda en saber si ha acertado. Sí, puedo decir que dosifico bien las emociones.

-Para emoción, la que aportó involuntariamente Remedios Cervantes, privándole de su premio a un joven...
-Es una anécdota. De vez en cuando viene bien que pasen estas cosas porque le dan vida al programa. Es verdad que en el momento nos asustó, pero Remedios se dio cuenta rápidamente de que se equivocó. Le dimos al chaval la oportunidad de volver al programa y ganó 15.000 euros. Y todos contentos.

EN PRIMERA PERSONA
Aunque se le conoce principalmente por su trabajo en televisión, Carlos Sobera se multiplica para subirse a los escenarios. Como actor, Sobera demuestra las mismas tablas que como presentador. Muy cómodo en el género de la comedia, uno de sus últimos trabajos es «La guerra de Los Rose».