Buenos Aires
Un hombre con compromiso ético a quien el arte salvó del suicidio
El escritor argentino Ernesto Sabato, fallecido hoy a los 99 años, se ha destacado por un firme compromiso político y ético que confluye en su obra, plasmada gracias a que el arte le salvó del suicidio, según ha admitido.
Nacido en la localidad bonaerense de Rojas el 24 de junio de 1911, el autor de "El Túnel"se consolidó como el exponente de las letras argentinas con mayor proyección internacional.
Galardonado con el Premio Cervantes en 1984, el escritor llegó a ser propuesto por la Sociedad General de Autores y Editores de España como candidato al Premio Nobel de Literatura de 2007.
"Me salvó el arte y por eso mi arte es trágico", reconoció en 1992 el autor de "Sobre Héroes y Tumbas" a la revista Newsweek, a la que confesó que estuvo dos veces tentado de suicidarse.
Afín al socialismo, Sabato también fue reconocido por su defensa a los derechos humanos. En 1984 presidió la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas que redactó el "Informe Sábato" o "Nunca más" sobre los horrores de la última dictadura militar (1976-1983).
También escribió cartas a la opinión pública en contra del terrorismo de ETA y ensayos sobre la dramática situación de la infancia.
La Humanidad vive un "tiempo de inmoralidad", advirtió a fines de 2000 en un texto para el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El prólogo del informe "Nunca Más" le valió a Sabato fuertes críticas de organismos humanitarios que cuestionan la llamada "teoría de los dos demonios"sobre la violencia política que sacudió a Argentina en la década de 1970.
En el texto, el escritor sostuvo que en los años 70 Argentina "fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda".
"Nuestros hijos no eran demonios. Eran revolucionarios, guerrilleros, maravillosos y únicos que defendieron a la Patria", afirmó la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, durante un discurso pronunciado el 24 marzo de 2006, cuando se cumplieron 30 años del golpe militar.
"(...) Lo que hizo Sabato es una porquería pero es su pensamiento", aseguró Bonafini.
Pero más allá de las controversias, la postura comprometida de Sabato no le ha restó lectores: su ensayo "La resistencia"(2000), que se publicó primero por internet a pesar de los reparos del escritor a todo lo que signifique globalización, fue un éxito y la primera edición impresa, de 100.000 ejemplares, se agotó rápidamente.
La fama internacional le llegó en 1961 con la novela "Sobre Héroes y Tumbas" y la consagración en 1974 con "Abaddón el exterminador", que fue premiada en Francia, donde es nombrado Caballero de las Artes y las Letras.
Esas dos obras completaron una trilogía junto a su primera novela "El Túnel" (1948), cuya versión adaptada llegó a los escenarios de España en abril de 2006.
Antes de volcarse a la literatura, Sabato estudió física en la Universidad Nacional de la Plata y entre 1938 y 1939 trabajó becado en el Laboratorio Curie de París.
A su regreso a Argentina, en 1940, se dedicó a la enseñanza y publicó su primera obra, una recopilación de ensayos titulada "Uno y el Universo", en 1945, cuando abandonó su carrera científica para dedicarse por completo a la literatura.
Su última obra publicada fue "España en los diarios de mi vejez", fruto de los viajes en 2002 a tierras españolas mientras Argentina se sumergía en la más feroz crisis económica de su historia.
Entre los numerosos premios recibidos por Sabato también figuran el Menéndez Pelayo (1997) y el Gabriela Mistral (1983), otorgado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Pero uno de los reconocimientos más emotivos de su vida que pobló de lágrimas su rostro le llegó en 2004, cuando fue homenajeado con reiteradas ovaciones durante el III Congreso de la Lengua, en la ciudad de Rosario (Argentina).
Sabato también recibió críticas de otros escritores, como Jorge Luis Borges. "Ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como una obra copiosa", lo calificó en 1956 el autor de "El Aleph", según el diario que Adolfo Bioy Casares escribió sobre sus conversaciones con su amigo Borges.
Sabato también llenó su tiempo con la pintura, aunque confesó que su "espíritu autodestructivo"lo llevó a destruir buena parte de sus obras. "Arrastrado por amigos", según declaró, presentó una decena de sus obras en 1989 en el Centro Pompidou de París y del mismo modo lo hizo después en Madrid.
El escritor argentino atravesó momentos difíciles en su vida con la muerte en 1995 del mayor de sus dos hijos, Jorge, en un accidente de tráfico, y con el fallecimiento en 1998 de su primera esposa, Matilde.
Luego llegó a su vida Elvira González Fraga, la mujer que le acompañó desde que enviudó hasta su muerte.
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