Argentina entre la conmoción y las incógnitas sobre su futuro

Kirchner falleció minutos antes de las 10.00 hora local (13.00 GMT) en el hospital José Formenti de Calafate, en el extremo sur de Argentina, adonde había viajado esta semana junto con su esposa, la presidenta Cristina Fernández.

"Fue muerte súbita", dijo Luis Buonomo, médico personal de Néstor Kirchner, al confirmar el fallecimiento del ex presidente, que sorprendió y sacudió al mundo político argentino y originó una avalancha de reacciones internacionales.

Los ministros argentinos viajaron a El Calafate para acompañar a la presidenta Fernández, que se encuentra con su hijo mayor, Máximo, y en las próximas horas de espera la llegada de la otra hija del matrimonio Kirchner, Florencia, que estudia cine en Nueva York.

El Gobierno no ha anunciado aún cuándo y dónde será enterrado el ex presidente, aunque medios locales informan de la posibilidad de que Cristina Fernández encabece una ceremonia íntima, acompañada de amigos, familiares y miembros de su Gabinete, mientras se prepara un funeral de Estado en Buenos Aires con un velatorio que podría tener lugar en el Congreso, como indica el protocolo, o en la Casa Rosada.

El cardenal Jorge Bergoglio oficiará una misa solemne las próximas horas en la catedral, y agrupaciones pro gubernamentales convocaron para las 20.00 hora local (23.00 GMT) una concentración en Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno, adonde han acudido cientos de personas para depositar flores y mensajes de ánimo para Cristina Fernández.

"Fuerza Cristina", "Estamos de pie junto a vos", "Que el alma de Néstor sea un emblema de justicia para Argentina", "Néstor vive en nuestros corazones", son algunos de los mensajes colocados hoy en el frente de la Casa Rosada, sede del Gobierno, cuyas banderas ondean hoy a media asta.

Además, decenas de personas que se acercaron a la histórica Plaza de Mayo con ramos de flores y banderas argentinas pronunciaron cánticos en favor del ex presidente."Vamos Néstor, todo el pueblo está con vos", gritaron varios seguidores del ex mandatario apostados en la plaza, rodeados de edificios públicos, todos cerrados a raíz del censo nacional que se realiza hoy.

Pensaba en volver
La muerte sorprendió a Kirchner, jefe del gobernante Partido Justicialista (PJ, peronista) y diputado nacional, cuando acariciaba la idea de volver a competir por el sillón presidencial en las elecciones generales de 2011.

Aunque mantenía la incógnita, en las últimas semanas encabezó numerosos actos en distintas provincias del país para fortalecer al gobierno ante los comicios, desoyendo los consejos de los médicos que le recomendaron rebajar su actividad y el grado de tensión que le caracterizaba tras las dos intervenciones coronarias que se le habían practicado los últimos meses.

El ex jefe de Estado, un político de raza, combativo y controvertido, supo mantenerse en la primera línea tras abandonar su cargo de mandatario, al que llegó tras ser alcalde de su ciudad natal, la patagónica Río Gallegos, y tres veces gobernador de la provincia de Santa Cruz.

Numerosos gobernantes y dirigentes internacionales lamentaron hoy el fallecimiento del ex gobernante argentino, entre ellos el presidente de EE UU, Barack Obama; el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, o el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Néstor Kirchner militó junto a su esposa en la izquierdista ala juvenil del peronismo de los años 70, y abrazó la figura de Juan Domingo Perón, a quien solía rememorar en sus discursos. "Quiero estar en el censo 2010. ¿Quién te dice?, a lo mejor me ayuda con la gripe y las anginas. Quiero sentirme bien para recibir mañana al censista", fue uno de los últimos mensajes que escribió en Twitter la mandataria Fernández horas antes de la muerte de su marido.

Fernández se refería así al Censo Nacional de Población 2010, que hoy comenzaron miles de funcionarios a registrar en todo el país y que, por primera vez, recogerá la cifra de parejas homosexuales y descendientes de africanos en el país.