Un museo para los madrileños

A principios del siglo XX no existía Wi-fi ni aire acondicionado. Sin embargo, el edificio, de 45.000 metros cuadrados, se ha adaptado para incorporar las nuevas tecnologías. Para ello, ha ganado en altura porque «se han utilizado falsas paredes para esconder todas las instalaciones», según explica Francisco Rodríguez Partearroyo, director del estudio Arquimática. Se han seguido dos formas de trabajo: actuar de nueva planta o por rehabilitación. En el primer caso, los arquitectos podían seguir un movimiento moderno como ha ocurrido con el auditorio, que no sigue la línea clásica del edificio original. En el caso de la rehabilitación, los profesionales han tenido que trabajar al revés. Han implantado los usos al espacio que ya tenían definido. Por ello, antes del concurso se realizó un estudio para intentar elegir los usos más adecuados para el edificio.

Ya que el nuevo ayuntamiento quiere estar al servicio del ciudadano, una de las prioridades era hacerlo totalmente accesible y sin limitaciones. Para ello, se han eliminado las escaleras que permitían la entrada por Plaza de Cibeles y sus ocho plantas están bien comunicadas mediante ascensores panorámicos. De la misma forma se ha vuelto al concepto antiguo y se ha recuperado la puerta de hierro que «estará abierta al público el máximo tiempo posible», según explica Carlos Baztán, coordinador general de las Artes del Ayuntamiento. Una de las cosas más importantes era que la mayor parte del edificio estuviera abierto a los ciudadanos, por ello el nuevo ayuntamiento se convertirá en un contenedor cultural de 18.500 metros cuadrados y cinco plantas en el que el principal tema será la ciudad como concepto general. En su inauguración, prevista para finales de mes, se abrirá una exposición temporal situada en el «hall» con esta temática. Era muy importante convertir esta entrada en una bienvenida para los visitantes, por lo que el centro ofrecerá información turística y cualquier aspecto del Paseo del Arte en el que estén interesados. Se habilitarán para mayor comodidad dos áreas de descanso simétricas donde podrán utilizar sus portátiles, consultar un mapa o la prensa diaria. «Queremos que se convierta en un punto de reunión y sirva de acogida al público», asegura Baztán. En este nivel también está previsto que haya una cafetería, una tienda y una sala de proyecciones. En la planta sexta habrá un restaurante-cafetería con capacidad para 120 mesas, la mitad de las cuales estará ubicada en la terraza panorámica. La vista, privilegiada, permite ver los rincones del corazón de la ciudad. En los siguientes niveles se llega a la torre del palacio que consta de un mirador, que hasta el momento estaba abandonado y sin ningún uso. Justo en el lado opuesto, en la parte más baja del edificio, se ha ganado mucho espacio: dos plantas que no existían. Allí se encuentra el auditorio, con capacidad para 280 personas, y concebido como una caja de música que permite vistas diferentes según se mire desde el escenario o la zona del público. También, en la parte baja, se encuentra el Salón donde se celebrarán los Plenos municipales.