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ANÁLISIS Podría acabar en el mercado negro

Fernando Báez, autor de «Nueva historia universal de la destrucción de los libros», comenta la ruta del mercado negro de libros.

La Razón
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¿Hay un mercado negro de libros?
–Es normal que en un mundo en el que se habla del fin del libro, los coleccionistas hayan entendido que cada año que pasa, los códices, por ejemplo, tienen mayor demanda. En 2011, la Unesco declaró Memoria del Mundo al «Codex Argenteus», una pieza única. Esto nos da una idea de que se trata de un formato de libro muy antiguo y especial

¿Qué hacer en estos casos?
–Hay que indagar en la ayuda que hayan podido obtener los criminales, por soborno a la vigilancia y revisar la información desde el principio, seguro que hay responsabilidad interna. En otro plano, las bandas que realizan estos delitos aprovechan la débil legislación y la poca protección que tienen estos tesoros culturales. Los presupuestos de protección han disminuido desde 2010 de forma increíble.

¿Cuáles son las rutas del mercado ilegal?
–España es una de las puertas de entrada del tráfico de drogas en Europa, y el problema es que hoy en día estas rutas son alquiladas por los mercenarios de arte y de los libros: son redes que funcionan bajo la corrupción. Hay muchos espacios: recuerden el robo de fragmentos de ejemplares de una obra de Ptolomeo de la Biblioteca Nacional. Entre las rutas del tráfico de arte europeo, hay tres autopistas: al norte, que enlaza con el Caribe desde Portugal hacia Centro América y luego a EE UU; al centro, que usa Canarias hasta Suramérica, donde es más fácil hacer transacciones; y al sur, que empieza en España y sigue a Sudamérica por la ruta africana e ingresa por México a los EE UU. También hay rutas hacia Holanda, Bielorrusia y Rusia.