Los amores y la liga por Enrique Miguel RODRÍGUEZ

Las pasiones y el amor siempre han incidido en la vida cotidiana. En el momento presente rozan algo que es parte principalísima en la vida española. Mourinho, según tengo entendido, ya que de las muchas actividades de las que no tengo ni remota idea, la primera es el fútbol, volvamos al portugués, se afirma que es buen entrenador pero que es una persona imposible de soportar. Presuntamente, tiene entre ceja y ceja al jugador sevillano Sergio Ramos, que es campeón del mundo y de Europa. No hay resultado adverso, y últimamente son muchos, del que no haga responsable a Sergio. Para mayor enfado del entrenador, también presuntamente, claro está, Sergio tiene un romance, flirteo o revolcón con Pilar Rubio, muchacha limpia y estupenda, pero que profesionalmente tiene fama de gafe, porque proyecto televisivo que le dan, proyecto que pasa a negro por baja audiencia. Con lo que el irascible Mourinho ya tiene culpable para cualquier mal resultado.

Venía ayer por la calle San Fernando, camino de Onda Cero, cuando me encontré con un amigo. Te voy a dar una noticia, me dijo: Rosauro Baro, al que tanto proteges, no paga a nadie. Mucho salir en las revistas con Amaia Salamanca, pero no hay forma de cobrarle. Le dije que no protejo a Rosauro, que me parece persona encantadora, que además, como es muy educado, en una España donde no paga ni el Gobierno, ni las autonomías ni los ayuntamientos, y casi ningún particular, no va a cometer la descortesía de ser el único que pague a sus acreedores, dejando en mal lugar al resto del país. Y es que a forma de saludo no se puede informar de las deudas, en el caso de que sea verdad, que tienen tus conocidos. La educación poco a poco va perdiendo su valor.