Italia
El gruñido de Gattuso
Gattuso enloqueció, se quiso pegar con todos en el partido contra el Tottenham, nada nuevo en él, un «perro de presa», como se define a sí mismo. Y también agredió dos veces al segundo entrenador del conjunto inglés, Joe Jordan. En la primera, durante un parón del encuentro, le cogió del cuello.
Al acabar volvió a por él, se encaró y le dio un cabezazo mientras le separaban. Ahí es menos reconocible Gattuso, sangre caliente en el terreno de juego, pero un tipo humilde y llano fuera, según los que le conocen. «Me molestó con sus comentarios desde la banda (le dijo "‘jodido bastardo italiano", afirma el agente del jugador), pero eso no justifica lo que hice. Perdí la cabeza y asumo toda la responsabilidad», decía ayer el centrocampista italiano. La UEFA le ha abierto expediente y el día 21 decidirá su castigo, que se prevé duro. De momento, se pierde la vuelta contra el Tottenham por tarjetas.
Hubo muchas curiosidades en el ataque de rabia de Gattuso, alias «Ringhio», que en italiano significa gruñido. El agredido, Joe Jordan, fue un delantero del Milan en los 80. Y además es de Escocia, el país donde Gattuso desarrolló el comienzo de su carrera y donde conoció a su mujer, Monica, cuyos padres tenían una pizzería en Glasgow. Pero nada más fichar por el Rangers fue otra dama quien le llamó la atención, la veía en fotos y carteles por todos lados, pero no la conocía. «Es la Reina de Inglaterra», tuvieron que aclararle. Cuando abandonó el conjunto católico para regresar a Italia, el actor Sean Connery le pidió que se quedara. En el Rangers era un ídolo pese a que en su primer derbi contra el Celtic tardó diez minutos en ser expulsado. Gattuso dijo a Connery que se metiera en sus asuntos, según reveló el propio futbolista.
Los libros nunca fueron el fuerte de Gattuso. «Son mi somnífero, mi escuela fue el fútbol», asegura él precisamente en un libro que escribió («Quien nace cuadrado no muere redondo») y con el que pretendía demostrar que poniéndole ganas no hace falta ser un fuera de serie para triunfar, como él en el fútbol. Porque ha ganado todos los títulos posibles, tanto con el Milan como con la selección italiana. Es un jugador muy querido, pero consciente de sus limitaciones. «No insultemos al fútbol», contestó cuando le dijeron que había sido el mejor en un partido en el Mundial. «Compararme con Ronaldinho es como enfrentar un dibujo de mi hija a un Van Gogh», escribió. Tiene muchas frases míticas: «Mi padre trabajó cuarenta años ganando 500 euros al mes. ¿Cómo creen que me siento cuando dicen que yo trabajo mucho en el campo?».
Gattuso es capaz de reírse de sí mismo, pero el martes no supo contener su furia. «Me equivoqué. Aceptaré cualquier decisión», aseguró ayer.
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