Irún
«El juez Ruz ningunea a las defensas»
El abogado de Ballesteros dice que usa un «alzhéimer selectivo de Elosúa»
MADRID- «Aberrante, desde el punto de vista jurídico la manera en la que su señoría conculca el derecho de defensa de esta representación», «ningunea a las defensas, que son las que desde el principio han intentado aportar luz a todo este asunto» o el nuevo auto de procesamiento es un mero «corta-pega» del anterior. Éstas son algunas de las duras frases vertidas por la defensa del inspector de la Brigada de Información de Álava, José María Ballesteros, contra el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el recurso contra su procesamiento por el «caso Faisán», al que ha tenido acceso LA RAZÓN, relacionado con el chivatazo a ETA que frenó una operación contra el «aparato de extorsión» de la banda, el 4 de mayo de 2006.
Las críticas al juez no paran ahí, sobro todo aquéllas relacionadas con el trato dispensado a las defensas: «En el presente sumario, hablar de igualdad de armas es algo absurdo, pues más allá de una motivación política por parte de las acusaciones... la acusación se ha ejercido casi en su totalidad por parte del juez instructor, que es quien limitaba todas y cada una de las peticiones, razonadas y fundamentadas por las defensas».
Junto a ello, destaca que el instructor no ha cumplido lo que le ordenó la Sala de lo Penal cuando revocó el anterior procesamiento, es decir, practicar nuevas diligencias para determinar otras posibles vías de investigación. Así, señala que no ha permitido a la Guardia Civil que llevase a cabo una investigación paralela de todo lo que existe en el sumario, «sino que acota la investigación y el informe, con el único objetivo de reforzar a «su» equipo de investigación».
Por otro lado, insiste en que no hay pruebas que determinen que Ballesteros fue la persona que entregó el móvil al empresario Joseba Elosúa en el bar «Faisán» de Irún, donde recibió la llamada en la que se le advirtió de la inminente operación policial que se iba a realizar.
El juez Ruz considera que hay indicios que avalan ese extremo, basándose, entre otros extremos, en declaraciones de Elosúa. Sin embargo, este aspecto es rechazado en un tono duro por la defensa de Ballesteros, al destacar cómo el propietario del bar llegó a asegurar hasta en cinco ocasiones en la Audiencia que «éste no es, éste no es», en referencia al inspector.
Esta circunstancia da pie a la defensa para arremeter nuevamente contra el juez: «Esta manifastación, por sí sola, serviría para no poder dictar jamás auto de procesamiento. En el presente sumario se achaca a un alzhéimer selectivo del señor Elosúa por parte del instructor, y decimos selectivo porque para lo que a su señoría le interesa para construir tan falaz procesamiento, sí utiliza la memoria» del empresario.
✕
Accede a tu cuenta para comentar