Comunidad de Madrid
Madrid 2011
En una ciudad poco propicia a los alardes, salvo por imperativo Histórico como sucedió aquel 2 de Mayo, la fiesta de la Comunidad de Madrid nos identificó una vez como lo que somos: una ciudad que no necesita de demasiadas alharacas para reinvindicarse a sí misma. A los políticos autonómicos y municipales el pulso lo marcan las autonómicas y municipales del año que viene. Y se notó. Discrepancia cero. Los más suspicaces se fueron frustrados ante el buen ambiente. El presidente del PP, Mariano Rajoy, no asistió por una boda familiar. El resto... prietas las filas. Como anfitriona, Esperanza Aguirre recibía besos y daba la mano a diestra y siniestra, empezando por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que rápidamente buscó acomodo en los rincones más discretos de la sala, por aquello de dejarse ver pero no acaparar protagonismo. Por supuesto Aguirre tuvo guiños para su vicepresidente primero, Ignacio González -al que no le iba la sonrisa de la cara- para su consejero de Presidencia, Francisco Granados... y para a Manuel Cobo, bajo la mirada cómplice y relajada de Soraya Saénz de Santamaría. Tampoco le faltó tiempo para charlar con Jesús Neira. Eso sí, la presidenta, que no da puntada sin hilo, sólo hizo pararse, e incluso buscar un posado preferente para las cámaras, a su presunto rival en las elecciones: Tomás Gómez. No sólo le ofreció la mano, también le paró, habló con él... casi más que en todo este año. Mientras, el líder socialista, ausente el año pasado por una pataleta, aguantaba el tipo aunque se fue pronto. Iba para un lado, para otro, no terminaba de coincidir con compañeros como Pedro Castro y Diego López Garrido, Rafael Simancas... y como no se encontraba, prefirió irse por la calle de en medio. Aguirre, no, Aguirre se dejó ver y querer. Incluso por las anónimas que le reclamaban que no tomase un canapé de tortilla - «pero es que me encanta», decía ella- y optase por el jamón, que según decían tiene más fibra. La presidenta pedía calma, había tiempo para la tortilla y para el jamón. Mientras, el vicepresidente Manuel Chaves no llegaba ni a un canapé de tantos micrófonos que le asesidiaban. Más reposados, y disfrutando del cóctel estaban la teniente de Alcalde del Ayuntamiento, Ana Botella, Gádor Óngil, y el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato.Al margen de los políticos, los artistas sí se perseguían y se encontraban, menos Marián Conde, que se pasó toda la recepción siguiendo la pista a una Lina Morgan que de tan discreta, era la presencia ausente. Todo lo contrario que Enrique Cornejo, Manuel Zarzo, La Chunga, Manuel Summers, feliz por el reconocimiento de la Comunidad al igual que Manuel Jiménez de Parga, y Paloma San Basilio. Los móviles y las cámaras digitales no daban abasto, pero, ayer, la competición de «flashes» tuvo una clara ganadora: Esperanza Aguirre, en clave 2011 para seguir siendo la anfitriona del 2 de Mayo.
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