Psiquiatría

ANÁLISIS: Frío y delirante por José Cabrera

La Razón
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- ¿Cómo definiría la personalidad de Breivik?
- Por su conducta, comentarios y aspecto exterior, estamos ante un personaje caracterizado por una frialdad importante del estado de ánimo, quizá rayando en la ausencia de afectividad, un pensamiento rígido y obsesivo, pero no delirante (es decir, irracional), unos niveles muy altos de intolerancia a la frustración con la agresividad latente y patente (demostrada) que ello conlleva, una tendencia a lo megalomaniaco y al mesianismo (que no llega al delirio), y una vida socio-cultural increíblemente normal para sus actos criminales. En definitiva, comprendo perfectamente a los profesionales de la salud mental noruegos que no han encontrado indicios sólidos de Trastorno Mental Grave.

- ¿Por qué cree que la Fiscalía insistió tanto en que está «loco» cuando tras pasar el análisis de 37 expertos sólo dos de ellos encontraron indicios de algún trastorno mental?
- Para la Fiscalía, como para el resto de la ciudadanía y las instituciones no cabe ni por asomo pensar en la idea de la salud mental tras una conducta así. Digamos que la Fiscalía «necesita» un diagnóstico para que cuadre el proceso jurídicamente, y eso se debe a la «blandura» no sólo de las instituciones noruegas, sino de todo el cuerpo social de ese país.

- Breivik repitió durante todo el juicio que él es consciente de sus actos, que no quiere que se le tome por «loco». Afirma que su atentado fue «cruel» pero «necesario y que volvería a hacerlo. ¿Usted cree que Breivik es plenamente consciente de todo lo que ha hecho?
- Da toda la impresión desde fuera y desde la distancia que Breivik no actuó movido por una idea delirante clara (como una persona con un trastorno mental grave, como una psicosis). Mantiene un ideario xenófobo, clasista y radical como el de millones de personas en este mundo y en todas las latitudes, por lo que yo pienso que era consciente de lo que estaba ocurriendo, pero «lo justificó» por ese ideario marginal.

- Se ha dicho que Breivik tuvo una infancia «normal», e incluso que tuvo amigos musulmanes. ¿De dónde nace todo este odio hacia el islam, los marxistas y cualquier otra cultura «extranjera»?
- Es una leyenda urbana la que dice con insistencia que de una familia normal tiene que salir un sujeto normal. Una familia normal es una condición necesaria pero no suficiente para generar un ciudadano aceptable e integrado. Hoy, con el psicoanálisis en retirada, tenemos que rendirnos a la evidencia de lo biológico dentro de los pensamientos marginales. Presumiblemente, Breivik fue generando estas ideas xenófobas lenta pero inexorablemente sin explicación clara.

José Cabrera
Psiquiatra y doctor en medicina legal