La Rinconada
El Congreso del PSOE deriva en una «presión durísima» y «listas negras»
Los críticos censuran que la agrupación funciona como «una organización mercantil»
Sevilla- La familia sólo interesa cuando se habla de la mafia, como en El Padrino o Los Soprano; porque se trata de un negocio familiar en el que abundan los conflictos de intereses. Cuando se habla de la Monarquía. O cuando se habla de los grandes partidos. El PSOE, por ejemplo. Por los mismos motivos. En el Congreso socialista de este fin de semana se dirime la dirección de la agrupación más importante de España. Demasiado en juego para dejarlo al azar. La carne está en el asador; pero igual el fuego sólo deja brasas. El sector crítico, sotto voce, a través de los que actúan de segundos y terceros espadas, denuncia «presiones durísimas» y hasta «listas negras» por parte de la candidatura de Susana Díaz, consejera de Presidencia e Igualdad, abanderada por Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación. Tal es la influencia de la una y el otro en lo institucional –tan difícil de separar de lo orgánico– que, por ejemplo, al segundo le denominan internamente el «tito Fernando» en los consistorios, a la hora de buscar cobijo y auxilio en estos tiempos de los recortes o ajustes «marianos».
Fuentes del sector crítico informaron de que «más que como un partido, el PSOE está funcionando como una organización mercantil». Los críticos, ante esta tesitura, apelan al «voto secreto», como en el último Congreso Federal en el que, a pesar de que se daba por ganadora a Chacón, se impuso Rubalcaba; contra pronóstico y contra el posicionamiento del PSOE andaluz, Susana Díaz incluida. O viceversa. Entonces, el voto del grupo liderado por José Caballos resultó decisivo. Ahora, Caballos ha sido incluido en la ejecutiva regional de Griñán. Ni un cabo suelto ni un verso libre. Recientemente, la Diputación cesó al alcalde de Morón, el crítico Juan Manuel Rodríguez, como vicepresidente del Opaef. Un aviso para navegantes.
En la presentación de Limones como aspirante, la histórica Carmeli Hermosín; la ex consejera Evangelina Naranjo; Silvia Calzón, presidenta del PSOE de Utrera; y Paola Navarro, la concejal más joven de la provincia, conformaron un discurso más alejado del hasta ahora políticamente correcto del candidato. «No me gusta que me callen la boca». «Queremos un partido donde el pensamiento no sea un estorbo, que la libertad sea de verdad y no se tenga miedo de decir lo que se piensa». «Que nadie utilice a los municipios». «Limones lleva 17 años ganando elecciones».
La candidatura crítica amagó con oficializar la denuncia sobre las presiones. Una hora después, se echaron atrás y recuperaron el discurso del «respeto» hacia el adversario que promulga Limones, desde cuya candidatura, ya oficialmente, ayer se habló de un «empate técnico» y se reclamó que las papeletas «se sitúen únicamente en cabinas para que los delegados puedan votar en plena libertad».
Fuentes cercanas a los críticos recuerdan que «no se presentan ni la consejera de Presidencia ni el presidente de la Diputación», sino dos militantes. La teoría. La práctica habla de «presiones directas» a los delegados para que no acudieran a la presentación de los críticos. Limones, con clase, invitó a todos «a asistir» a las convocatorias de su adversaria porque «si no escuchamos lo que propone, no hay debate».
La artillería oficialista partió ayer desde El Coronil. Su alcalde, Jerónimo Guerrero, indicó que Limones «no garantiza la representatividad de los municipios pequeños» y «pierde credibilidad» al estar arropado por De la Borbolla, Viera o Toscano, que «no defendieron la igualdad territorial». El alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, resaltó, por su parte, la valía de la candidatura del sector crítico y de actos como los encuentros exprés.
Susana Díaz, candidata y (en sus ratos libres) consejera de Presidencia
sevilla- La última parada fue, a las 20:30 de ayer, la Venta Don Polvorón de Estepa. Aznalcázar, Puebla del Río, Tocina, la Agrupación Centro de Sevilla, La Algaba...El cuentakilómetros de la candidata Susana Díaz no tiene límites. Que es incansable forma parte de las características que hacen de ella «un animal politico». La ambición –desmesurada, para alguno–, también. Y el olfato para ganar hasta cuando pierde. Esas cualidades nadie se las discute a la líder oficialista del PSOE sevillano. El don de la ubicuidad, sí. En tanto ejerce como candidata, las labores como consejera de Presidencia menguan. Desde que anunciara su candidatura la semana pasada, Susana Díaz es consejera a tiempo parcial. En sus ratos libres, o sea. Pese a que el salario sale de la aportación de todos los andaluces. Por más que se defienda la separación entre lo orgánico y lo institucional, el límite se difumina, normalmente a favor del interés. Ayer, Díaz acudió junto al que pasa por su mano derecha en la candidatura, el presidente de la Diputación, al municipio que gobierna otra de sus afines, la alcaldesa de Osuna, Rosario Andújar, a la inauguración del Centro de Igualdad y Ciudadanía de ese municipio. Aceptamos inauguración en la provincia como acto no de partido y pulpo como animal de compañía. En campaña propiamente dicha, Díaz aseguró que «en esta candidatura tiene sitio todo el que quiera estar. El que venga a arrimar el hombro. El que venga a trabajar. El que venga a compartir. El que venga a pensar que el PSOE es la respuesta que los ciudadanos esperan. Y sin exclusiones, pero también sin condiciones, a partir del próximo lunes, se va a abrir un nuevo tiempo en el PSOE de Sevilla». Anunció que se reforzará el Consejo de Coordinación de Sevilla capital, una Comisión de Ética y Garantías y un área de Municipal y otra de Innovación y Participación en la red. Limones, por su parte, alcalde de Alcalá y senador –desde esta semana, en sus ratos libres– está apostando por una campaña «cara a cara», sin grandes actos, aunque hoy interviene en el Hotel Ayre.
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