Sevilla
Primera vuelta de las autonómicas
Las elecciones municipales miden los liderazgos de Arenas y Griñán que, sin presentarse, se enfrentan por primera vez en las urnas con la mirada puesta en la presidencia de la Junta.
Llegó el día. José Antonio Griñán y Javier Arenas se enfrentan por primera vez como líderes de PSOE-A y PP-A en unas elecciones. Ninguno de los dos se presenta, pero ambos se han implicado personalmente en la campaña y serán los responsables de los resultados. Uno de los dos saldrá derrotado y muy tocado para las próximas autonómicas. Se eligen los alcaldes de los 771 municipios andaluces, pero los dos partidos piensan ya en las elecciones generales y autonómicas de marzo de 2012, salvo que se adelanten. Es una especie de primera vuelta antes de la cita definitiva.
Número de votos
Es una de las variables principales para medir quién ha ganado las elecciones. En 2007, el PSOE obtuvo 1.555.885 votos (40,65 por ciento) y 4.394 concejales. El PP se quedó en 1.228.269 votos (32,09 por ciento) y 2.375 concejales. Más de 300.000 votos de diferencia. Fue en 1995 cuando la distancia fue menor. El PP se quedó a menos de tres puntos. Los socialistas contaron con el 33,96 por ciento de los votos (1.274.041 sufragios); los populares, el 31,15 y 1.168.831 votos. Poco más de cien mil de diferencia. Nunca más se produjo una distancia tan corta. En 1999, más de seis puntos a favor del PSOE con respecto al PP (1.412.471 de votos frente a 1.165.682). En 2003, casi 8 puntos y 1.490.905 sufragios para los socialistas y 1.204.107 para los populares. Los socialistas confían en que hoy obtengan también una victoria en este apartado: lo contrario, sería un rotundo fracaso para sus expectativas.
Las ocho capitales
Ocho mayorías absolutas. Ése es el objetivo del PP. Y todas las encuestas han señalado que es probable. El mapa andaluz teñido del azul «popular» sería una imagen difícil de digerir en el PSOE. Ya ocurrió en 1995. Los socialistas remontaron y un año más tarde ganaron las autonómicas. Hubo que pactar con el PA, pero el ciclo de victorias de Chaves no se interrumpió. La situación ahora se antoja más complicada. Aún así, desde el PSOE confían en mantener las alcaldías de Sevilla y Jaén a través de pactos con IULV-CA. Esta posibilidad ya sería para los socialistas un buen resultado: arrebatar al PP, por ejemplo, Huelva, convertiría los resultados en extraordinarios.
Las ciudades del interior
Es la obsesión del PP, porque sabe que la única forma de ganar las elecciones autonómicas –y casi asegurar las generales– es reducir la ventaja del PSOE en estos municipios. Los populares identificaron 85 pueblos a los que denominó «de acción preferente». En ellos se han volcado durante los dos últimos años. Los resultados servirán para medir las opciones de Arenas de presidir la Junta. Son ayuntamientos como Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Écija o Mairena del Aljarafe en la provincia de Sevilla; Almonte, Aracena o Cartaya en Huelva; Baena, Cabra y Puente Genil en Córdoba; Los Barrios, San Fernando o Sanlúcar de Barrameda en Cádiz; Antequera, Mijas, o Ronda en Málaga; La Carolina, Linares o Úbeda en Jaén; El Ejido o Vera en Almería; y Almuñécar, Atarfe o Santa Fe en la provincia de Granada. Los analistas del PP medirán aquí la «temperatura» del cambio.
Las diputaciones
Hasta cuatro instituciones supramunicipales aspira el PP a gobernar. Parece claro que la de Almería pasará a filas populares. Sevilla, Córdoba, Huelva y Jaén seguirán, salvo vuelco electoral, en manos socialistas. La disputa se centra en Málaga, Granada y Cádiz. Ésta última tendría además un valor simbólico, ya que el PSOE provincial aglutina una parte importante del sector crítico con la dirección regional. Dejarles sin poder, acentuaría la crisis interna. La dirección socialista asegura que mantendrán un mínimo de 5.
El liderazgo
Si el PSOE pierde, las voces críticas contra Griñán se acentuarán. Hay quien vaticina que exigirán primarias para las autonómicas. La crisis interna del partido ya estalló en vísperas electorales con la dimisión del que fuera «número dos» de Chaves, Luis Pizarro. Un descalabro electoral cargaría de razones a los díscolos. Por su parte, Arenas sí llega a la cita con el liderazgo en alza, pero tendrá que pasar el examen de la posibilidad real de cambio.
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