Barcelona
La Princesa de Asturias habla sobre sus hijas por Jesús MARIÑAS
Nos deslumbró. Todos teníamos en la boca el mismo comentario. No hubo indigestión tras una comida que Amestoy definió como «nupcias entre la fabada y el cocido». Los 124 comensales opinaban lo mismo: «¡Qué inteligente es Doña Letizia!». Más próxima y relajada que nunca, estableció comparaciones imposibles al recibir el Garbanzo de Plata. Mingote le ofreció un abencio pericón con cómicos dibujos casi pompeyanos.Repitió un traje gris de Felipe Varela que estrenó hace dos años, con pliegues traseros y rematado en pedrería de antracita que destacaba por su luminosidad. Rosa Villacastín leyó un texto de Enrique Aguinaga y la Princesa se autosirvió la garbanzada mientras el resto era atendido por camareros: tres cucharadas primero, a las que añadió tres patatas. Confiada y cómoda, hasta preguntó a Macías, jefe de sala, qué le habían parecido sus palabras de agradecimiento. Hizo un ejercicio de seducción que ella definió como «mi trabajo». Y encandiló con su gesto final que la llevó de mesa en mesa –igualito que en las bodas, pero casi regio– saludando a los 124 asistentes. Estuvo medido, pensado. Entregada. Rió con Lina Morgan, saludó a Teresa Campos, besó a Cayetana de Alba, que le hizo la única reverencia, comió cómplice ante Pedro Erquicia, a quien Alfredo Amestoy dedicó aleluyas por mediar en la futura boda que el 22 de mayo cumple seis años radiantes: «Estoy muy feliz», me dijo ante las Segrelles también besadas y bisadas. Aunque arrinconadas en una mesa, fueron de las que compartieron más rato. A Álvarez del Manzano le sentaron a la derecha «porque será alcalde hasta que se muera», magnificó enterado Ángel del Río, cronista de la Villa y Corte. Enrique Cerezo, más delgado «por amor al Atlético», discutió de fútbol con la duquesa,«aunque yo soy del Betis ‘‘manque'' pierda», reconoció resignada como la condesa de Barcelona ante las malas tardes tardes de Curro Romero .«Verás que no llevo extensiones como has comentado, nunca me las he puesto», casi me reprendió su Alteza. «Estoy muy feliz y el 22 lo celebraré con mi marido en una comida familiar. Lugo iremos al cine o al teatro», y añadió, sobre sus hijas: «La pequeña es como yo: revoltosa, tocona y cálida. Leonor es más seria, parecida al padre. Parece como si tuviera conciencia de lo que puede ser». Un Garbanzo que hará historia. Doña Letizia nos dio sopas con honda. Será una gran Reina.
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