Yemen
El régimen de Saleh ataca a los opositores con armas pesadas
Amnistía Internacional advierte de un «creciente riesgo de guerra civil»
EL CAIRO- Al menos 26 muertos y 50 heridos en el segundo día de violencia en la capital yemení, donde los civiles están sufriendo una vez más la represión por parte de las Fuerzas de Seguridad del régimen, además de ser víctimas de los enfrentamientos entre las unidades del Ejército todavía leales al presidente Ali Abdalá Saleh y aquellas que le abandonaron al principio de las revueltas, en enero pasado.
Amnistía Internacional pidió ayer a las autoridades que dejen de matar a los manifestantes pacíficos, tiroteados por los francotiradores e incluso con granadas. El empleo de armamento pesado era denunciado ayer también por la ONG Avaaz, que aseguraba que cualquier persona en las calles de Saná era blanco de los disparos, que sonaron durante todo el día en la ciudad, al igual que las explosiones de cohetes, supuestamente lanzados por el Ejército sobre los barrios en manos de los desertores.
Los militares y los activistas anti Saleh extendieron ayer el área bajo su control en la capital, donde los barrios están divididos entre las diferentes fuerzas, incluidas las propias de los líderes tribales, que ayer no participaron en la violencia aunque sí lo hicieron durante el fin de semana. La situación es delicada y puede explotar en cualquier momento. Hay un «creciente riesgo de guerra civil», según Amnistía Internacional.
Hasta ahora, los hombres del general Ali Mohsen, que han apoyado el fin del régimen de Saleh, no se habían enfrentado con tanta fuerza a las tropas del Gobierno, que ha negado atacar a los manifestantes ante la condena de la comunidad internacional. Al menos dos personas más murieron ayer por los disparos de las Fuerzas de Seguridad en Taiz, donde la tensión se mantuvo elevada, al igual que en la ciudad sureña de Adén, en la que hubo protestas por los 26 muertos y cientos de heridos del día anterior. La situación volvió a estallar el fin de semana después de tres meses de ausencia del presidente, que se resiste a dejar el poder y estaría intentando ganar todavía más tiempo con promesas y negociaciones para una transición democrática.
Tras ocho meses de protestas, la economía de Yemen está devastada y el país se enfrenta a una grave crisis alimentaria: la mitad de los niños y un cuarto de las mujeres de entre 15 y 49 años están desnutridos.
LA «PRIMAVERA» MÁS LARGA
Enero de 2011
El 27 de este mes se lleva a cabo la primera gran manifestación para exigir que el presidente Ali Abdalá Saleh no se presente a la reelección.
Febrero de 2011
Saleh anuncia que no optará a un nuevo mandato, después de haber ocupado el poder desde 1978, pero aun así las manifestaciones no cesan.
Marzo de 2011
El 18 unos 50 manifestantes mueren a manos de las fuerzas de seguridad en Saná y es decretado el estado de emergencia en todo el país.
Mayo de 2011
Se producen violentos choques entre las fuerzas del régimen y los hombres leales a Sheij Sadiq al Ahmar, importante líder tribal.
Junio de 2011
Saleh sobrevive a un ataque contra su palacio en Saná. Es evacuado a Arabia Saudí, donde permanece en la actualidad recibiendo tratamiento médico.
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