Casa Real
Margarita Vargas una escritora solidaria por Jesús Mariñas
Fue la solidaridad más hermosa de los últimos tiempos. Calidad y cantidad como últimamente no se prodiga. Los fotógrafos trabajaron muy a gusto porque lo propiciaba el exquisito ambiente rústico, muy de campiña inglesa. Aquí no hubo gritos, apretujones ni codazos. Un prodigio de «savoir faire» con el sello inconfundible de María Zurita de Borbón. Dio una organizadora lección magistral citando a «las más» donde, por supuesto no estaban Carmen Lomana ni Nuria March. Tampoco Eugenita Martínez de Irujo que acaso se olió poder quedar apartada por la imponencia física y humana de Margarita Vargas o Paloma Cuevas. A la Duquesa de Anjou le costó moverse sobre altísimos tacones con plataforma enlazada a Luis Alfonso de Borbón, algo más macizo. Vestía en verde billar con ancho cinturón buen realzador de cintura. La acompañaba su madre que estaba en Madrid «para ver a los nietos», otra figura impactante de aire «made in USA». Paloma Cuevas optó por un Etro largo casi hippy y contaba el éxito en Nimes, dos orejas de Ponce «con el que llevo ya más de dos mil corridas de toros». Se presentaba el libro «Un momento en mi vida», cuyos fondos irán dirigidos a la Fundación Ilusiones Compartidas. En él, varias famosas han compartido momentos mágicos de su vida: desde la carta que Alejandra Rojas escribió a su padre al día siguiente de morir, al desahogo maternal de Susanna Griso, o la simpatía de la Infanta Margarita, buen contraste con la aparente dureza de Doña Pilar. Laura Ponte, la de la indumentaria siempre rompedora con personalidad y belleza únicas, intentó no dejarse ver, pero la pillaron. La enjoyada Bárbara Cano confundió el campo con la ópera vienesa y sus cuñados, uno con muñeca escayolada, le dieron más de un repaso, algo que no sucedió con Mónica Martín Luque. Ríe cuando la adjudican como pareja de ida y vuelta de Fernando Gómez Acebo. Estaba con él y no era momento aunque el rifirrafe propicia exclusivas como la de Belén Esteban y Fran. No se atreven aún a reconciliarse y siguen sin presentar el divorcio con papeles. El aporreado camarero pasó el fin de semana con Aurelio Manzano, la cruz de quien ya se enfrentó con Jorge Javier porque supuestamente la llamó «muñeco roto» como yo anuncié hace años. Isabel Gemio convocaba a cita benéfica el 21 de junio en casa de Joaquín Torres «donde pago hasta yo», advirtió.
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