Barcelona
6500 fieles «rompen» el protocolo ante Benedicto XVI
Aplauden, gritan y toman fotos al acabar la consagración de la Sagrada Familia.
Los 6.500 fieles que han presenciado la misa del Santo Padre para dedicar al culto la Sagrada Familia de Barcelona han roto el protocolo y rigor propio de estos actos religiosos y han despedido calurosamente al Pontífice de pie, con aplausos y algún 'Viva el Papa'.
Incluso algunos asistentes, móvil en mano, han realizado fotos al Pontífice mientras salía del templo, tras más de tres horas de ceremonia, haciendo caso omiso a las advertencias de algunos de lo presentes para que guardaran silencio, y con la música de fondo del Mesías de Haendel.
El Pontífice les ha correspondido risueño y alzando su mano, y ha llegado a pararse para saludar a algunos asistentes a lo largo del pasillo, especialmente a los niños cantores de la Abadía de Montserrat, en medio de sonoros aplausos y muestras de emoción.
Antes de salir de la basílica y tras el rezo del Angelus, con más de una hora de retraso, Benedicto XVI ha destapado una placa que inmortaliza la designación del templo para el culto el genial edificio modernista de Antoni Gaudí. REYES
La ceremonia ha durado unas tres horas. En medio de unas fuertes medidas de seguridad, los Reyes han entrado en la nueva basílica minutos antes de la diez, donde el público ha roto en aplausos con la entrada de Benedicto XVI procedente del Palacio Arzobispal en el Papamóvil.
Los aplausos han sido especialmente efusivos y constantes al principio, con las filas más próximas a la entrada, y se han hecho intermitentes al alcanzar las primeras filas, lugar de las autoridades, junto al pasillo central.
Al otro lado, también en los primeros bancos, se han colocado los principales representantes del templo, como el presidente delegado de la Fundación de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Joan Rigol, y los miembros Helena Cambó y Joaquima Alemany; y el arquitecto jefe, Jordi Bonet, pero se ha ausentado el escultor Josep Maria Subirachs, indispuesto.
LOS POLITICOS SE DAN LA PAZ
Las principales autoridades políticas han sido el presidente del Congreso, José Bono; el ministro Ramón Jauregi; el presidente de la Generalitat, José Montilla; el vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira; los consellers socialistas Antoni Castells, Montserrat Tura y Ernest Maragall; el presidente del Parlament, Ernest Benach, y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.
Como estaba previsto, no ha acudido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que sí estará esta tarde de domingo en la despedida al Pontífice en el Aeropuerto del Prat, para rendirle honores de jefe de Estado.
Detrás se han situado diputados de las Cortes y el Parlament, y concejales barceloneses; muchos de ellos, de CiU y PP, además del líder de C's, Albert Rivera. Han estado también los alcaldes de Lleida, de Tarragona y de Sabadell, los socialistas Angel Ros, Josep Flix Ballesteros y Manel Bustos; y el de Sant Cugat, Lluís Recoder (CiU).
Antes de la comunión, todos ellos se han tenido que dar la mano en señal de paz. No todos han comulgado después. Por detrás de ellos se ha podido ver a representantes de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y a miembros de la sociedad civil, como el presidente de La Caixa, Isidre Fainé; el editor editorial del Grup 62, Flix Riera, y la presidenta saliente del TSJC, Maria Eugnia Alegret.
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