Andalucía
Frente díscolo por Pilar Ferrer
Contra las cuerdas. Así quieren poner voces críticas del PSOE a su secretario general. La intervención de Rubalcaba en el llamado «Pleno negro» del Congreso, duro, triste y ajustado, hizo rebrotar un foco de oposición interna. El líder socialista está en un brete: si hace un discurso responsable, suave en las formas, se rebelan los suyos. Si practica un acoso de ataque y derribo contra el Gobierno, muchos le acusan de no estar a la altura en un momento crucial para nuestro país. Como en la copla, parece que ni contigo ni sin ti, tienen remedio los males de don Alfredo.
El locuaz Tomás Gómez, la en apariencia más recatada Carmen Chacón, el sibilino Pepe Blanco, y un grupo de «barones» destronados entre los que destacan el castellano-manchego José María Barreda o los catalanes Pepe Montilla y Pere Navarro, abanderan un movimiento contra Rubalcaba y su equipo. Según las encuestas, demoledoras para los socialistas y cada día mejores para IU, demandan «más caña» contra el PP, máxime ante la impopular acritud de las reformas. Estiman que el PSOE no recoge el desgaste gubernamental, y que su tarea en el grupo parlamentario es floja y desnortada.
El llamado frente díscolo, con el que empiezan a simpatizar algunos diputados y ex ministros como Jesús Caldera, atiza de nuevo el fantasma de las primarias. La división del partido en Valencia o Andalucía, dónde Griñán cerró el Congreso con jirones de barro, es otro foco de conflicto. Mientras, en Ferraz aseguran que Rubalcaba, Elena Valenciano y Oscar López manejan la situación. Pero el patio se alborota. El descontento crece y, este socialismo, sin remedio, decrece.