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Nairobi

Lamu: la cuna de la tradición swahili

La naturaleza alcanza en Kenia las mayores cotas de variedad y belleza, pero un viaje a la África más auténtica no ha de limitarse a un safari. Las aguas del océano Índico ofrecen sorpresas inigualables. En el archipiélago de Lamu hallará una civilización de mil años de antigüedad 

Lamu: la cuna de la tradición swahili larazon

Aunque suene a tópico es inevitable definir las playas del Índico como lugares paradisíacos de blanca arena y aguas cristalinas. Y así es la costa de Kenia. Si en su interior cuenta con las mejores reservas naturales donde la vida salvaje alcanza su mayor esplendor, sus 650 kilómetros de litoral atesoran lugares como la reserva marina de Kiunga, santuario de especies marinas como el dudong, la vaca marina.


Frente a la costa, al norte, casi en la frontera con Somalia, en el archipiélago de Lamu permanece viva la tradición de sus orígenes: las rutas comerciales africanas, las transacciones entre árabes y persas y los pueblos de la costa este de África, que dejaron aquí sus primeras huellas allá por el siglo IX. Lamu es la cuna de la más pura tradición swahili (proviene del árabe «costa»). Este archipiélago, cuyas tres islas mayores son Lamu, Pate y Manda, es un verdadero refugio, un viaje atrás en el tiempo y una inolvidable experiencia de contacto con la naturaleza en su más auténtica expresión. Las playas, interminables, parecen estar esperando al viajero. Nadie, salvo algún pescador aquí o allá interrumpirá su baño de sol, su paseo o su chapuzón. Pero si el visitante quiere conversación, no dude de que cualquiera de los vecinos con los que tropiece le ofrecerá, tras una amplia sonrisa, una afable charla. La población es amable, abierta, acogedora. «¡Jambo!». Aquí y allá, por donde vaya, mayores y pequeños le saludarán sonrientes.
La ciudad antigua de la isla de Lamu, la capital del archipiélago, es un entramado de estrechísimas callejuelas con altas ventanas y motivos árabes decorando sus puertas. Algunas de las construcciones, cuyos muros se edificaron con una argamasa de coral y yeso, datan del siglo XV. Cien años antes comienzan los primeros asentamientos de gentes llegadas de Yemen, India, Omán... y Portugal, que se quedaban en Lamu obligados casi siempre por los vientos que determinaban su navegación.


En el archipiélago viven ahora 25.000 personas, 15.000 de ellas en la isla de Lamu. Se dedican a la pesca fundamentalmente, y también a la ganadería, a la carpintería... No existe aquí la prisa, el estrés... cualquier atisbo de vida occidental queda muy lejos. La vida cotidiana no ha variado mucho en todos estos siglos. Sólo cuatro vehículos de cuatro ruedas circulan por Lamu –eso nos cuentan los lugareños, nosotros no los vemos–. Se trata del camión de la basura, el coche del alcalde y dos ambulancias. Aquí los desplazamientos se hacen en burro, uno de los iconos de la isla. A simple vista parece haber más de estos animales que habitantes en la ciudad.


La vida gira aquí entre el puerto y la plaza, en la que está el antiguo fuerte y la puerta que da entrada al mercado, que es un pequeño zoco similar al de cualquier ciudad árabe.
Uno de los símbolos de Lamu es el «dhow», el tradicional barco a vela árabe que surca las aguas entre islas. No podrá decir que ha estado en Lamu si no ha embarcado en uno de ellos, para moverse entre islas o para pasear simplemente. Un recorrido por los bosques de manglares en una de estas embarcaciones es imprescindible. Si puede, haga coincidir su regreso con la puesta de sol. Aquí es espectacular.
Pasará junto a la costa de la isla de Manda y observará las espléndidas mansiones de millonarios famosos o menos famosos (Carolina de Mónaco, bueno su ex esposo, tiene la suya en Lamu), algunas de ellas «escoltadas por guerreros masái». Pare en Manda, en el Diamond y, en ese ambiente chill out vea cómo se oculta el sol mientras toma un «dawa», el cóctel típico del lugar.
¡Eso es el paraíso!
 

>> Cómo llegar. Madrid-Ámsterdam, con KLM y, desde allí, a Nairobi con Kenya Airways para enlazar con un vuelo a Lamu.
>> Alojarse. Hotel Kijani, en Shela, el alojamiento es excelente, pero especial mención merece su cocina. También en Shela, el lujoso hotel Peponi. En Lamu, el ambiente y decoración del Lamu House son exquisitos. Hay hoteles por 30 euros, agradables pero sin lujos.
>> Más información.
 En la página web www.magicalkenya.com