Cataluña
El PSC se encamina a un pulso entre Navarro y Ros para dirigir el partido
Iceta está dispuesto a renunciar a convertirse en primer secretario
BARCELONA- Cuando Pere Navarro logró la victoria en Terrassa en las últimas elecciones municipales se mostró muy orgulloso por haber salido airoso de la «batalla más difícil» de su carrera. Navarro consiguió su tercer triunfo consecutivo, pese a enfrentarse a un rival de la talla de Josep Rull (CiU), uno de los diputados más destacados del grupo nacionalista. Pero Navarro se enfrenta ahora a una batalla más complicada. Está llamado a ser el futuro primer secretario del PSC.
El dirigente de Terrassa cuenta con la aquiescencia de la actual dirección, inclusive con la del viceprimer secretario, Miquel Iceta, el que hasta hace poco era el gran favorito para convertirse en líder por su capacidad para aglutinar a las sensibilidades del partido. Iceta, sin embargo, tiene una relación muy fluida con Navarro y ha mantenido numerosas conversaciones con él. Desde un principio, Iceta ha querido mantener un papel influyente en la renovada dirección, lo que significa que todos sus deseos no se resumen en ser el líder. Aunque todavía no ha descartado por completo dar el paso, aumentan las posibilidades de que acabe integrándose en el equipo de Pere Navarro, que quiere encabezar una candidatura única.
Muy diferente es el caso del alcalde de Lleida, Àngel Ros. Fue el segundo en hacer pública su intención de liderar el nuevo PSC. Él y Joan Ignasi Elena, el candidato a primer secretario del sector «obiolista», representan el alma más catalanista del PSC. Sin embargo, a Ros se le adjudican muchas más opciones de victoria que a Elena, estandarte, al fin y al cabo, de una corriente minoritaria entre los socialistas catalanes.
El alcalde de Lleida también pretende representar a todas las familias del partido. Quiere ser, como todos los demás aspirantes, el líder que sintetice todas las sensibilidades, pero no está dispuesto a que su ambición se diluya con un cargo de segunda fila en la nueva dirección.
Ros quiere llegar hasta el final. No se ha lanzado a la batalla con el objetivo de convertirse en un oficial de alto rango. Aspira a ser el jefe y, luego, a convertirse en el candidato del PSC a las elecciones autonómicas. Nada más y nada menos. A partir de ahí, se ofrece a integrar a quien haga falta.
Así las cosas, los socialistas se encaminan a un duelo entre Pere Navarro y Àngel Ros. Pero la realidad es cambiante, las conversaciones continúan, y el PSC siempre ha sido un partido adicto a los congresos con final de infarto. Nadie descarta que el desenlace sea la imposición de una candidatura única.
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