Liberada la senderista de EE UU acusada de espionaje por Irán

Shourd, Bauer y Fattal ingresaron en la terrible prisión de Evin, en Teherán. Pese a la presión internacional, el Gobierno de Ahmadineyad seguía afirmando que eran espías y que por tanto cumplirían la condena en el país.

La semana pasada, y coincidiendo con el fin del mes de Ramadán, llegó el rumor de que como acto de compasión islámico, Shourd, la mujer del grupo, sería liberada. Pero después se retractaron y exigieron 500.000 dólares para soltar a una Shourd «enferma y con un tumor en el pecho» según las declaraciones que hacía su madre desde EE UU para pedir amnistía. Ayer, las dos se fundieron en un abrazo en el aeropuerto de Omán.

Para Shourd, quien se mostró antes de abandonar Irán «agradecida con el gesto humanitario», ha sido una liberación agridulce, pues sus dos compañeros, seguirán en prisión. De hecho, según el fiscal general de Teherán, Abbas Jafari Dolatabadi, los casos de los dos hombres, ambos de 28 años, serán enviados a la corte revolucionaria «no hay lugar a discusión sobre la liberación de ambos».

Shourd, de 32 años, está comprometida con Bauer y aunque según fuentes diplomáticas podrían ponerles en libertad en dos meses, lo cierto es que Mahmud Ahmadineyad no quiere hacer más concesiones a las presiones occidentales.

Ayer, el presidente de EE UU, Barack Obama, agradeció a la Embajada suiza –quien lleva sus intereses en Teherán– a Omán y a «otros amigos y aliados de todo el mundo» su trabajo «sin descanso» para lograr la salida de la cárcel de Shourd, pero también recordó que «Shane Bauer y Josh Fattal siguen presos en Irán sin haber cometido delito alguno».