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Cataluña

Elecciones municipales la puerta a una Cataluña desconocida

El PP confía en ganar posiciones en varios gobiernos municipales y dar alas a la carrera de Rajoy hacia la Moncloa.

Los socialistas han gobernado el Ayuntamiento de Barcelona durante larazon

BARCELONA- Apenas diez días después de la cruda derrota que el PSC experimentó en las elecciones autonómicas, el consejo de alcaldes de los socialistas catalanes se apresuró a organizar una reunión para trazar una estrategia de cara a los comicios municipales. El revés del 28 de noviembre encendió todas las alarmas en el cuartel socialista, ya que la cita en las urnas del próximo 22 de mayo puede inaugurar una etapa desconocida en Cataluña. El PSC corre el riesgo de perder parte de sus dominios locales –su tradicional feudo de poder– y, por eso, los alcaldes reclamaron a todos sus compañeros de partido aparcar los debates sobre la renovación del partido y centrar todos los esfuerzos en preservar sus gobiernos municipales.

Ese mismo 28 de noviembre, pocos minutos después de confirmarse la derrota del PSC, Artur Mas comentó a sus allegados: «Y, además, es que después de esto, con estos resultados se juegan el Ayuntamiento de Barcelona dentro de 5 meses». Las palabras de Mas resumen las ansias de victoria de CiU para conquistar una plaza exclusivamente reservada a los socialistas durante 32 años, pero también sintetizan los temores de un PSC obligado a ganar para sobrevivir.


La Diputación
Barcelona es, sin duda, el principal quebradero de cabeza para el PSC y para su candidato, Jordi Hereu, que ya ha puesto en marcha a su equipo de campaña para intentar la remontada. Los sondeos auguran un viraje hacia el centro-derecha en la capital catalana y los socialistas necesitan poner toda la carne en el asador. No se juegan únicamente el dominio del Ayuntamiento de Barcelona, sino también de la Diputación, una corporación que el PSC ha controlado históricamente y que gestiona la nada desdeñable cifra de 615 millones de euros.

El PSC siempre se ha presentado como un partido de gobierno en Cataluña, pero después del 22 de mayo puede serlo menos que nunca. Peligra su hegemonía en ciudades tan importantes como Badalona –la tercera con mayor población de Cataluña–, Tarragona y Terrassa.

Por contra, PP y CiU confían en dar continuidad a la tendencia al alza que confirmaron en las pasadas autonómicas. Para el PP, la batalla del 22 de mayo tiene un doble significado: ganar posiciones en los ayuntamientos –y así normalizar su presencia en las instituciones catalanas– y medir su fuerza de cara a las generales de 2012 –para las aspiraciones de Mariano Rajoy, es crucial un buen resultado en Cataluña–. Barcelona es la joya de la corona y el candidato del PP, Alberto Fernández, confía en formar parte del próximo equipo de gobierno. CiU, por su lado, busca la oportunidad de compaginar la dirección de la Generalitat con la de los principales ayuntamientos, una situación inédita.


El dominio de los ayuntamientos
Barcelona
PSC
La capital catalana es la principal preocupación del PSC. El cambio es posible.
Tarragona
PSC
El alcalde Ballesteros no las tiene todas consigo para conservar su cargo.
Girona
PSC
Pia Bosch ha tomado el relevo de Anna Pagans. El desgaste del PSC es importante
Lleida
PSC
Quizá, una de las pocas alegrías que el PSC tiene garantizada. Àngel Ros es un valor seguro.
Badalona
PSC
Es una de las ciudades con más posibilidades de cambiar de manos en favor del PP.
Terrassa
PSC
Aquí, el tripartito de izquierdas tampoco tiene un futuro muy optimista.
Sant Cugat
CiU
Pese al cambio de alcalde, CiU tiene todos los números para conservar este feudo.
Cerdanyola
PSC
El PSC gobierna tras una moción de censura en 2009. ICV quiere recuperar poder.
St. Feliu
PSC
Los socialistas gobiernan con el apoyo de CiU. El futuro está lleno de incertidumbres.
Mataró
PSC
En esta ciudad tampoco está claro que el tripartito logre reeditar su mayoría.
Cornellà
PSC
Balmón encara las elecciones sin muchos temores. Goza del respaldo popular.
Puigcerdà
ERC
Esquerra puede perder buena parte de su poder el 22-M. En Puigcerdà, por ejemplo.