Puigdemont ha vuelto a España. El expresidente catalán ha vuelto a dejarse ver en territorio nacional tras casi siete años viviendo en el extranjero por las consecuencias judiciales del procés. A su llegada a la concentración convocada para recibirle en Barcelona, ha sido recibido entre vítores, aplausos y proclamas de “president” en un entorno plagado de esteladas.

“He venido para recordarles que aún estamos aquí”, ha expresado en un evidente desafío a la Justicia y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que ya han puesto en marcha la conocida como “operación Jaula” para detener al político exiliado.

Su regreso ha desatado un agitado debate social y el asunto ocupa los primeros puestos en las listas de tendencias en las redes sociales. Todo el mundo parece tener algo que decir al respecto, y por supuesto los tertulianos televisivos se han convertido en expertos del procés por unas horas.

Entre ellos se encuentra Kiko Matamoros, que a falta de un programa en el que pronunciarse -está de vacaciones en ‘Ni que fuéramos Shhh’- se ha valido de su cuenta oficial de X, antes Twitter, para dejar claro su punto de vista sobre el regreso de Puigdemont a España.

“¿Puede haber alguien con medio dedo de frente que se crea que todo esto no estaba más que pactado? Somos la democracia más ridícula del mundo, gracias a unos políticos corrompidos hasta el tuétano”, ha empezado diciendo Matamoros en clara alusión al acuerdo de Pedro Sánchez con los independentistas para llegar a la presidencia.

El tertuliano ha ido más allá y ha lamentado que “lo más grande es que este fulano es la pata que sostiene al Gobierno de progreso”, refiriéndose a Puigdemont como eje central del Ejecutivo. “Es un guion de Santiago Seguro”, recalca.

Matamoros continúa señalando que “aquí se hace lo que le sale a él de los huevos para que Sánchez duerma en La Moncloa”, y señala a Puigdemont como el adalid de “la derecha más xenófoba y reaccionaria”.

Insiste Matamoros en que ya “no hay vuelta atrás” y defiende que “pase lo que pase hoy, estamos ante una de las páginas más tristes, patéticas y ridículas de la historia de la democracia en España (...) El poder político burlándose del poder judicial. Aquí ya no hay drama ni lamentaciones”.

Unos comentarios que le han valido las críticas y ataques de los más acérrimos a Puigdemont y el independentismo catalán, respuestas que, por otra parte, no quitan el sueño a Matamoros.