Opinión
El diario de Amilibia: Él también agoniza como nadie
No dice este bufón vejestorio que sea el caso del presi, al que Dios conceda muchos años de vida pero en Venezuela o Cuba
Vuelven los titulares bélicos: «El líder de PSOE se prepara para atrincherarse en la Moncloa». Atrincherado en el búnker, con sus leales. Con monseñor Bolaños a cargo de los rezos y Tezanos en modo augur destripando aves carroñeras para desentrañar el futuro. Con su paquete de medidas: básicamente el «Manual de resistencia». Con el «Resistiré» del Dúo Dinámico resonando todo el día y parte de la noche en el Spotify monclovita. Otro titular: «Sánchez tocado, pero dispuesto a la agonía». Y es que Él también agoniza como nadie. Maestro en estertores, milagrero con máster en resurrecciones, Lázaro que se levanta siempre de la tumba incorrupto y oliendo a Varón Dandy. Una enfermera experta en el cuidado de enfermos terminales cuenta en un libro que estos medio muertos conocen una especie de epifanía poco antes de palmar: caminan, muestran buen humor y hasta quieren comer unos callos a la madrileña.
Viven un espejismo que la ciencia no se explica muy bien, pero ahí está. No dice este bufón vejestorio que sea el caso del presi, al que Dios conceda muchos años de vida pero en Venezuela o Cuba, por ejemplo, pero la metáfora es atinada, creo. Los analistas de la cosa parecen estar de acuerdo sobre la pócima que utilizará para su renacimiento, y no es novedosa: va a erigirse en el caudillo/coordinador de la cruzada para conjurar el avance de la extrema derecha en gran parte de Europa, España incluida. Puños en alto unidos como lanzas contra las camisas pardas, el fascismo y sus múltiples caras y máquinas de fango. Es su día D, su desembarco en las playas de Normandía, pasando antes por las de Doñana para reflexionar. Y quizá cree otra vicepresidencia para el nuevo líder o lideresa de Sumar, si surgiera. Se denominaría vicepresidencia «Mazinger Z»: ¡puños fuera!
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