Opinión

El diario de Amilibia: Sólo Guerra se va a la guerra

"Pues ahí debe de estar Joaquín, como Felipe, buscando la postura al socaire en el kamasutra político de hoy. En 'La rosa y las espinas' ¿quién será el capullo?"

Alfonso Guerra
Alfonso GuerraGtres

Carmen Morodo se preguntaba dónde están los González, Guerra, Leguina… Me imagino que Felipe está en su finca de Cáceres, creando joyas con piedras que se encuentra en sus paseos por el campo. Confiesa en la radio que "esta vez le costó más votar al PSOE y que la Constitución no es chicle: no cabe la amnistía ni la autodeterminación". Pullitas: amaga, pero no pega. Que su paz de los bonsáis no la enturbie el caos nacional. Alfonso Guerra vive momentos literarios y en unos días presentará su último libro, «La rosa y las espinas". Ha llegado a la conclusión de que el ser humano es un ser romántico y que "el amor es una cruz porque se trata de una especie de alienación". Lo de la cruz lo tenemos claro, y lo de la locura también, que ahí tenemos al Perro Sanxe mordiéndonos todos los días las canillas para mantenernos en vilo y con los mismísimos en la garganta.

Pedro Sánchez
Pedro SánchezFernando VillarAgencia EFE

Pero el que tuvo, retuvo, y quien fuera el terror de los tahúres del Mississippi, el azote sarcástico y feroz del Congreso, ha pedido en la Cope que no se haga lo de la amnistía porque es muy grave. Ha llamado a Puchi gánster de poca monta y al encuentro negociador de la Yoli con el prófugo, «infamia contra la democracia». ¿Y Leguina? Contaba el ex presidente de Madrid que una vez, paseando por los jardines de la Moncloa, Felipe le preguntó si aún follaba. «Presidente, se me ha olvidado hasta la postura», contestó Joaquín.

Pues ahí debe de estar Joaquín, como Felipe, buscando la postura al socaire en el kamasutra político de hoy. En «La rosa y las espinas» ¿quién será el capullo?