Familia
Así es Manuela Villena, la primera dama del flamante presidente de Andalucía
Forman un matrimonio de cine con glamour andaluz. Comparten religiosidad, el «running» y la vida sana
Juanma Moreno Bonilla no es el político que más alto habla o más exagerado gesticula. Sin embargo, después de conocer detalles de su biografía amorosa, sospechamos que ha trazado su propia ruta de seducción para que le salgan bien las cosas, lo cual se ha visto refrendado hoy con la contundente mayoría absoluta que ha tenido en las elecciones andaluzas, con 58 diputados.
A Manuela Villena, su esposa, la vio por primera vez en el Congreso Nacional del PP de 2004 y ambos notaron esa suerte de descarga eléctrica que anticipa el amor. La prudencia le obligó a callar, pero de buena gana le habría dicho aquello de Mario Benedetti: «Es lindo saber que usted existe».
Cuando se volvieron a ver, el calendario ya iba con prisas y la invitó a la boda de unos amigos. Y entonces, «me miró a los ojos y me dijo que si quería casarme con él y le dije que sí», recuerda Manuela en el vídeo promocional «Somos lo que somos». En 2006 se casaron y fueron llegando sus hijos: Juanma (2010), Fernando (2011) y Alonso (2014).
Aunque no sea su pretensión, ejercen de guapos. Son atractivos, tienen éxito y están enamorados. La noche de bodas, a la hora en la que debería haber sonado música de violines y fuegos artificiales, él le cantó «Sabor de amor», del grupo malagueño Danza Invisible, según cuenta el periodista Salva Moya en la biografía oficial del grupo. El presidente andaluz escogió uno de los temas imprescindibles para quien, como él, ama el pop y vive un momento de desasosiego pasional.
Ha hecho de la mítica canción su banda sonora. La cantó como vocalista en un grupo juvenil y en 2018, durante la Feria de Torremolinos, tomó de nuevo el micrófono en la caseta del PP. Ese día se encontraba dichoso después de reencontrarse con sus raíces en Alhaurín el Grande y con parte de su familia, Los Chirlos, y la de su mujer, Los Parrejelojas.
En el vídeo familiar de 2015, su madre, María, subraya la pasión de su hijo por la tierra andaluza. En él recuerda a su esposo Juan, hijo de jornaleros que emigró a Barcelona en busca de un futuro mejor. Cuando se casó, en 1966, María se mudó con él y se instalaron en Hospitalet de Llobregat. En 1967 nació Lola y tres años después Juanma. Cuando apenas tenía dos meses de vida, la familia regresó a Málaga, a la barriada de Betania. Allí prosperaron y en 1975 nació su tercera hija, Cristina.
En su despertar político fue decisivo un mitin de Aznar en La Malagueta, en 1989. Entró en Nuevas Generaciones de Málaga y en 1995 fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Celia Villalobos, preámbulo de una carrera política avalada por su carácter reflexivo, disciplinado y muy perfeccionista. En enero de 2019 consiguió el primer relevo político en la Junta de Andalucía desde 1982, cuando se celebraron las primeras elecciones autonómicas. Su gusto por cantar es lo único que le hace romper su pacto con la discreción, algo que comparte con Manuela.
La primera vez que ella entró en la escena política, alguna lengua viperina quiso hacer creer que se trataba de «otra rubia pepera más». Pura pelusilla. Rubia y pepera, sí; pero envidiable. En primer lugar, por su currículum brillante. Licenciada en Ciencias Políticas, fue número uno en su promoción, con 27 matrículas de honor. Empezó su trayectoria en Madrid, en la empresa de encuestas GAD3, y actualmente es responsable de Relaciones Institucionales Sanitarias de la farmacéutica Bidafarma. Nació en 1980, en la localidad granadina de Padul, y es hija de agricultores. Durante su etapa universitaria, en Granada, compartió piso con su hermana Lala.
Aunque siempre estuvo ligada al PP y desempeñó algún cargo, antepuso su vida familiar. Su condición de politóloga no deja de ser un plus para su marido. Con el tiempo se ha ido revelando como una de las mejores embajadoras de la moda andaluza. A pesar de su prudencia, monopoliza la atención en sus escasas apariciones públicas por la elegancia con la que luce sus estilismos, casi siempre con sello andaluz: Vogana, Antonio García, Fernando Claro, Vicky Martín Berrocal o José Hidalgo. En su barrio de Montequinto nadie duda que forman una pareja de cine. Comparten religiosidad y su gusto por los toros y la vida sana.
Ahora, tras la contundente victoria de Juanma Moreno este 19 de junio, se mantendrá otros cuatro años como “primera dama” de Andalucía, otros cuatro años en los que los resultados les avalan como nunca antes aunque, a buen seguro, Manuela Villena seguirá manteniendo ese perfil bajo, ese segundo plano que la ha mantenido alejada de los focos (en la medida de lo posible).