Opinión
La crónica de Amilibia: Mariló Montero, de flagelo en flagelo
No hay derecho. Irene Montero ni tan siquiera se asomó a «Sálvame» para decir «gracias por tu testimonio, amiga». Mariló Monteroha declarado que un productor o directivo de televisión le dijo en su día: «No te pago más que a fulano porque tú estás casada con Carlos Herrera y tienes dinero». Hombre, no es como lo de Rociíto con Antonio David, pero la cosa tiene tela marinera. Pobre Mariló. Primero se convierte en la fantasía sexual más conocida de Pablo Iglesias (de ahí quizá el silencio de Irene), que deseaba flagelarla hasta la sangre, ya saben, y luego tiene que sufrir penalización económica en su trabajo por el hecho de estar casada con Carlos Herrera, rico y ya casi divino periodista que habla con papas y reyes. «Yo cobraba menos por ser mujer y a la vez por ser mujer de Carlos». Doble castigo. Doble pena, penita, pena. Doble flagelo.
Así que estar casada con Carlos Herrera penaliza o penalizaba. Si algún día gana el PP habría que ver si desgrava. Esto ha sido malo para su ex y tampoco ha debido ser bueno para él a la hora de ligar, porque algunas quizá se barruntaran que emparejarse con el periodista de la COPE podría ser un obstáculo a la hora de pedir aumento de sueldo, como si en vez de tocarles Carlos, les tocara El Gordo de la lotería de Navidad. ¿Con qué cara vas a pedir un aumento al jefe si te ha tocado el Gordo o te está tocando Carlos Herrera?
Difícil: para algunos directivos ya estás en la lista Forbes con Amancio Ortega. Me imagino que a su actual pareja Carlos la compensará el déficit con jamones de jabugo de su alacena. O así.
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