El que fuera pareja de Miguel Bosé durante 26 años se sincera a La RAZÓN y explica los motivos por los que ha denunciado al artista.

Una simple fotografía, que en situaciones normales no tendría la menor importancia, vuelve a desatar la guerra entre Miguel Bosé y Nacho Palau. El cantante subió a las redes sociales una imagen suya y de los dos hijos que viven a su lado, Tadeo y Diego, asistiendo al estreno de «Godzilla». Los tres pisaban la alfombra roja vestidos igual: chaqueta negra, falda, gafas de sol y zapatillas deportivas de ese mismo color. Es la primera vez que Bosé cuelga una imagen en la que se ve el rostro de sus hijos, lo que ha motivado un gran enfado por parte de su ex pareja, quien hoy nos concede una entrevista exclusiva a LA RAZÓN, rompiendo así el silencio que mantenía ante los medios de comunicación desde que se conoció su ruptura sentimental tras 26 años al lado del cantante. Una relación que supieron mantener en secreto durante casi tres decadas. «Me ha molestado muchísimo que Miguel publique fotos de los niños. No entiendo su actitud. Me ha sentado muy mal. Estoy indignado. Pero no quiero hacer más comentarios ni entrar en una pelea mediática». El cantante no ha querido responder al por qué de la actitud que tanto molesta a Nacho. Prefiere callar y ocultar sus intenciones. Una persona cercana cree que «lo que pretende es molestar a Nacho por haberle demandado. No se lo perdona, ni esperaba que tuvieran que enfrentarse en el juzgado». Palau asegura que «el juicio se está demorando demasiado. Estaba convencido de que iba a celebrarse pronto... pero aún no sabemos nada. Esta lucha es por el bien de nuestros cuatro hijos, para que no vivan separados, porque se echan bastante de menos».

–Es una situación muy triste...

–Mucho. Y para conseguir la reagrupación no me quedó más remedio que acudir a la Justicia para que todo se agilice. Y ahora no queda otra que esperar...

–Imagínese que el juez decide que vivan juntos en México, donde reside actualmente Bosé...

–Esa no sería una buena solución.

–¿Ha intentado contactar con él para pedirle que no publique más fotos?

–No, no. Pero tenga por seguro que yo jamás haría pública una imagen con mis niños. Ni se me ocurriría. Claro que... cada uno es como es.

–¿Es posible una reconciliación con Miguel?

–Qué quiere que le diga... No lo sé.

–¿Tiene dudas?

–Lo único que quiero es que todo el mundo sea feliz, que los niños estén juntos y que la situación se solucione lo mejor posible. Y no me tire más de la lengua, que es la conversación más extensa que he tenido con un periodista, me está liando bien. Preguntando, preguntando, uno va contestando, ja, ja, ja.

–Le noto muy tranquilo.

–Es que estoy muy tranquilo, no le quepa la menor duda.

–¿Se lleva bien con la familia de su ex pareja?

–Siempre me he llevado bien con los Bosé...

–Dicen que la matriarca, Lucía, le tiene mucho cariño...

–Y yo a ella. La mami es adorable. Y es una gran mujer.

–Tanto ella como las hermanas de Miguel se han apartado de este conflicto...

–Ya lo sé. Nuestra relación ha sido muy normal, no le puedo decir otra cosa.

–¿Cómo están sus dos hijos?

–Bien, gracias. Evidentemente, echando mucho de menos a sus dos hermanos.

–¿A qué se dedica laboralmente?

–Trabajo en el campo con el tractor.

–Pero usted es un buen escultor...

–De momento, como ya le he dicho, estoy trabajando en el campo. Me ocupo de los olivos, de sembrar...

Curiosamente, es licenciado en Ciencias Químicas, aunque se decantó durante años por la escultura. En el tiempo que convivió con Miguel dejó muy de lado esta profesión para dedicarse por entero a su mediática pareja. En este sentido, su proyección en el mundo del arte se frenó radicalmente, con el perjuicio que ello significó, porque se le consideraba un artista con mucho futuro.

–¿Le preocupa el aspecto enfermizo de su ex pareja?

–No voy a entrar en eso. Simplemente le digo que me gustaría verle como siempre... bien de salud. Ya comenté en otra ocasión que me alegro muchísimo de que sea feliz y, sobre todo, de que no tenga problemas de salud.

Como decíamos antes, el cantante no ha querido entrar en aclaraciones sobre su enfrentamiento judicial con Palau. Hace unos días le preguntaron en un acto social en la capital mexicana y dio la callada por respuesta. Siempre ha sido muy celoso de su intimidad y no le gusta ofrecer detalles de su vida privada. En los 26 años de convivencia con Nacho jamás se le escuchó nombrarle, ni como amigo, ni como amante. Todo lo llevó con la mayor discreción, y son contadas las ocasiones en las que se les vio juntos. Incluso solían salir con grupos de amigos y nunca se sentaban el uno al lado del otro. Es más, Nacho se quedaba en casa cuidando a los niños mientras Miguel se iba de concierto o a una gira musical. Un amigo de ambos desvela que Palau «le pidió a Miguel que volvieran a vivir a España, porque estaba harto de estar tan lejos de su familia», algo que Bosé ni contempló, porque prefería residir en América huyendo en parte del asedio de los paparazzi. Las discusiones se intensificaron hasta que finalmente llegó la ruptura.

Un personaje anónimo

A pesar de las casi tres décadas que duró su relación con Miguel Bosé, Nacho Palau se encargó de guardar con recelo su intimidad y no dejar ningún rastro ni imagen que desvelase la relación que mantenían. Por lo que cuesta saber del todo quién es. Valenciano, ronda los 50 y estudió en la Facultad de Ciencias Químicas, aunque su verdadera pasión es la escultura, a la que se dedica desde hace años. Miguel y Nacho se conocieron por amigos en común. Actualmente vive en Madrid, con dos de sus cuatro hijos, Ivo y Telmo, mientras que los otros dos se encuentran en México con Bosé. Tras poner fin a su relación, demandó al cantante con el fin de «defender los derechos e intereses» de los cuatro hijos en común.