Opinión

Más que guapa, resultona

Ha confesado, dolorida, que ha visto violentados sus derechos fundamentales y también, de paso, sus derechos humanos. Todo por llamarla guapa

MADRID (ESPAÑA), 04/02/2025.- La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros celebrado este martes en La Moncloa, Madrid.
La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz MariscalAgencia EFE

Si la Yoli se siente víctima del machismo generalizado porque un periodista galante la ha llamado guapa, no me puedo ni imaginar lo que me puede llamar a mí, que me he excedido tantas veces en el canto vehemente y apasionado de sus encantos y en las glosas a sus tocamientos al Apolo de la Moncloa, Garamendi, líderes sindicales y otros amores confesables. En vez de darle una oportunidad al colega invitándole a una copita en el bar del Congreso, ha confesado, dolorida, que ha visto violentados sus derechos fundamentales y también, de paso, sus derechos humanos. Todo por llamarla guapa. No quisiera yo ni por asomo incrementar su tormento para que tenga que ir corriendo a la Ser o no Ser a recitar sus angustias por culpa culpita del desaforado sistema heteropatriarcal dominante, no; pero tengo que decir que este bufón la encuentra sexi sobre todo cuando se cabrea y se lanza al ataque melena al viento en plan “porque yo lo valgo”. Dios, qué momentos.

No solo ella sufre. También la Marisú ha confesado sentir dolor por las declaraciones de Jessica porque estrechan el cerco sobre Ábalos. Y en la otra bancada, Elías Bendodo muestra su aflicción por el despilfarro del dinero público: “Ábalos gastó el dinero público para conseguir el afecto de Jessica y Sánchez gasta el dinero público para conseguir el afecto de los independentistas”. Podría haber dicho que Ábalos se gastó el dinero público en sus polvos jessicanos y Sánchez se lo gasta en sus kamasutras con los separatas, pero Bendodo es hombre pudoroso. En fin, que esos gastos ya nos costaron y nos van a costar un ojo de la cara, mientras el Apolo sigue dando a la oposición (¿media España?) por el ojo que no está en la cara. Ah, y la Yoli, más que guapa, resultona.