A debate
Tamara y su no maternidad (por circunstancias). ¿Por qué tanta presión?
Solo quien ha pasado por ello sabe que la voluntad de ser madre no es suficiente, algo que muchos no acaban de entender
Frente a las mujeres señaladas por ser «malas» madres, nos encontramos también a otras tantas señaladas por no serlo. Preguntas disfrazadas de inocentes como «¿y el bebé para cuándo?» o afirmaciones del tipo «se te pasa el arroz» se erigen como el máximo reflejo de la presión social que muchas mujeres sufren por no tener hijos en un sistema en el que a veces se presupone que procrear es una obligación. La cosa va todavía a peor si se trata de personas conocidas, obligadas a dar explicaciones a millones de personas de por qué no han seguido el camino de la maternidad llegada cierta edad. Es más, a veces ni siquiera es necesario que cumplan los treinta para que se las cuestione, como es el caso de Britney Spears, que tuvo que responder a vergonzosas preguntas sobre su virginidad y posibles embarazos o abortos cuando aún no había cumplido los veinte.
Más reciente es el ejemplo de Jennifer Aniston, una de las actrices más exitosas de Hollywood y reconocida en todo el mundo por su brillante carrera, pero que hasta hace muy poco tenía que seguir contestando a la incómoda pregunta de por qué no había tenido hijos. Las respuestas solo pueden ser dos: o porque no ha querido o porque no ha podido, y en cualquier caso, no debería verse obligada a dar explicaciones sobre aspectos tan privados. La protagonista de «Friends» terminó explicando en una entrevista en la revista «Allure» que durante años se sometió a todo tipo de tratamientos para ser madre, pero finalmente no pudo ser. Una revelación sobre algo tan íntimo como la salud a la que pudo verse forzada tras años de señalamiento, pero que sirvió para romper el tabú sobre los problemas de fertilidad que muchas mujeres sufren en silencio.
«No es lo mismo declarar públicamente que no quieres ser madre que decir que has intentado serlo y no has podido, con la conciencia de que todos los focos están puestos sobre ti. Es una suerte de confesión envuelta en un tabú enorme. Creo firmemente que solo nosotras podemos derribarlo. ¿Cómo? Mostrándonos. Publicándolo. Diciéndolo. ¡Gritándolo!», expone la terapeuta Gestalt Míriam Aguilar en «¿Y ahora qué?», un libro que reflexiona sobre «la no maternidad por circunstancias». Sin embargo, cabe preguntarse si realmente Aniston quería sumarse a la causa y derribar el tabú o si se vio forzada a hacerlo, una cuestión sobre la que la escritora matiza: «No es aconsejable hacerlo si no estás preparada, si no te sientes fuerte. Contar con una red de apoyo a la que recurrir en caso de necesidad también es muy importante. Contar nuestra historia, especialmente si va en contra de los estereotipos o lo socialmente aceptado, puede convertirte en el blanco de personas que proyectan su rabia, su envidia, su frustración, su enfado en nosotras».
El caso de Tamara Falcó
El ejemplo patrio lo encontramos en Tamara Falcó, que ha manifestado en varias ocasiones su deseo de ser madre. Como si no fuera consciente de su año de nacimiento o necesitara ayuda para restar, son pocos los periodistas que no le han recordado que a partir de los 40 años sus posibilidades se reducen considerablemente. La marquesa de Griñón, que ha crecido esquivando alcachofas y focos, siempre contesta con una sonrisa y se muestra dispuesta a despejar todo tipo de incógnitas relativas a su no embarazo. Quien esto escribe ha sido testigo incluso de cómo un reportero le preguntaba por su reacción cuando se hacía un test de embarazo y el resultado era negativo. «Llevamos poco tiempo intentándolo. Cada vez lo afronto con ilusión. Siempre piensas que te vas a quedar, siempre piensas que el problema es de otros, no tuyo», respondió ojiplática, salvando la situación, como pudo.
Aun así, en el caso de Tamara, su fuerte fe le ayuda a recordar que también puede llevar una vida plena sin ser madre: «Depende de Dios. Si viene, fenomenal; y si no, también conozco a matrimonios felices sin niños».
In vitro a prueba de capillitas
Es tanto el afán por conocer hasta dónde llegaría Tamara Falcó para ser madre que se le ha preguntado por todas las posibilidades. Se conoce que ya se está sometiendo a un tratamiento para mejorar sus posibilidades, pero si no funcionara asegura que no tendría inconveniente alguno en adoptar. Sobre la fecundación «in vitro», contraria a sus creencias religiosas, la marquesa se vio obligada a explicar que existen nuevos métodos compatibles con su fe: «Lo tienes que ver con tu director espiritual (...) Ahora existe un movimiento donde tú adoptas un embrión fecundado que la gente descarta. Es muy bonito».
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