El significado secreto de las pulseras de Silvia Bronchalo al oír la decisión del juez

Como cabría esperar, Silvia Bronchalo está destrozada al conocer que su hijo, Daniel Sancho, ha sido condenado a cadena perpetua. Finalmente, el juez ha considerada probada en el juicio la premeditación del asesinato de Edwin Arrieta, además del descuartizamiento del cadáver y la ocultación de pruebas y la documentación del cirujano colombiano. Por ello deberá pasar el resto de sus días entre rejas, en una prisión de máxima seguridad en condiciones infrahumanas. Cabe un recurso, aunque las esperanzas son mínimas. Tanto Rodolfo Sancho como su ex han recibido la noticia con gran dolor, aunque aceptando que ese era el destino de su hijo tras su macabro crimen en Tailandia. Pero esperaban un milagro, como así demuestra al menos la madre, que a través de sus pulseras ha implorado la protección de su vástago.

Quizá hayan surtido, en cierta manera, su efecto. La expareja del actor acudía al Tribunal Provincial de Samui con un vestido básico negro, tratando de no llamar la atención con unas grandes gafas de sol como principal complemento. Pero analizando más su indumentaria, se ha reparado en un detalle en sus accesorios, especialmente en sus pulseras, en las que se cree que se esconden mensajes ocultos. Al menos sí son, para muchos, invocadores de la buena fortuna y la protección, con un gran significado espiritual encerrada en sus perlas y piedras. Y es que Silvia Bronchalo no ha escatimado en este tipo de complemento si con ello conseguía ayudar a su hijo a esquivar la pena de muerte.

La premeditación le hacía candidato a la pena capital, pero el tribunal ha tenido en cuenta que Daniel Sancho colaboró desde en un primero momento con las autoridades. También que le hiciera el trabajo fácil al primer abogado tailandés. Esto le ha valido una condena perpetua, pero conserva la vida. Algo en lo que bien podría haber influido las diez pulseras que llevaba su madre mientras se leía el veredicto, todas hechas a manos y con una gran “carga espiritual positiva”. Se trata de pulseras sagradas para los tailandeses y que en función del color arropan a quien las lleva en su particular batalla en la vida. Para ella deben ser muchas, pues optó por combinar varias de ellas, como la negra, la rosa o la blanca. La primera invoca la protección para ella y los suyos, la rosa otorga estabilidad y la blanca ofrece energía.