“Ha muerto tranquila, sin grandes angustias. Como ella quería, rodeada de los suyos, de su familia”. Así anunció Amador Mohedano que su hermana, Rocío Jurado, había perdido la vida en su casa de la Moraleja, pasadas las 5:00 horas de la madrugada del 1 de junio de 2006. En aquel momento, la familia se mostró unida ante la adversidad y se arroparon los unos a los otros, incluida una conmocionada Rocío Carrasco, cuya imagen desolada en el funeral de su madre pasará a la historia de la crónica social.

Pero el tiempo lo cambió todo y ya nada queda de esa unión, al menos en el caso de la heredera universal de “La más grande”. No hace falta recordar los desafueros que desde hace años mantiene con su familia y que han copado la atención de los medios de comunicación. Mañana se cumplen 17 años desde que la voz de la cantante se apagó para siempre, y las reuniones familiares brillarán por su ausencia.

Rocío Carrasco no acostumbra a presentarse a los homenajes organizados por su familia, y prefiere recordar a su madre desde su zona de confort, rodeada y arropada por sus más allegados, sus amigos y su marido, Fidel Albiac.

Sin embargo, parte de su familia sí se reunirá en Chipiona, tal y como su prima Rosario Mohedano ha confirmado: “Estará toda mi familia que pueda”. La sobrina de la Jurado ha evitado confirmar quiénes acudirán, pero en los últimos años no han faltado personas destacadas del clan como Ortega Cano, Rosa Benito, Gloria Camila, David Flores y Rocío Flores o Amador, José Antonio y Gloria Mohedano. Por desgracia, en esta ocasión, ella se quedará fuera de la emotiva cita porque tiene que atender compromisos profesionales: “Yo trabajo en Barcelona”.

Además, la cantante no ha podido evitar emocionarse al recordar a su tía, a la que recuerda como una de las grandes artistas de la escena musical española, cuyo patrimonio sigue muy presente: “Lo hizo tan bien que tiene un legado del que podemos disfrutar siempre que queramos”.