
Triste adiós
Retrato íntimo y familiar de Carlos Goyanes
El año que viene tenían previsto celebrar las bodas de oro, pero la muerte ha truncado el deseo de una familia muy unida y sin fisuras. Su funeral será en septiembre en Madrid

La muerte inesperada del empresario Carlos Goyanes ha sido una de las noticias más impactantes de este mes de agosto. Nada hacía prever la tragedia. El que fue descubridor de Marisol hacía una vida muy doméstica con su mujer y sus nietos. Era habitual verlo en el supermercado de El Corte Inglés haciendo la compra o en los comercios de la zona. Su salud era buena. Hace unos años sufrió un infarto y le implantaron un marcapasos, sin mayores consecuencias en su vida cotidiana. Lo único que le prohibieron fueron los excesos deportivos, ya que era muy aficionado al tenis y sobre todo, al fútbol. Una de las imágenes más recurrentes de los años ochenta y noventa eran los partidos de fútbol con un equipo en el que, a veces, se sumaba Luis Ortiz, marido de Gunilla y algún que otro componente del grupo Los Choris. Los contrincantes solían ser vecinos de la urbanización Guadalmina o gente local de la zona de Marbella o San Pedro de Alcántara. Goyanes era un hombre muy querido y diferente a ciertos personajes de lo que se llamó la jet-set, habitualmente presuntuosos y maleducados. Así, lo reconocen todos los que le trataron en esos años locos de fiestas y más fiestas a la que acudían personajes internacionales, como las princesas Soraya o la prima de la reina Isabel.

En los últimos tiempos, su afición deportiva se centraba en las retransmisiones emitidas por televisión. Como decía con sentido del humor: «practico el sillón ball, aunque a Cari no le gusta y me obliga a caminar todos los días». Lo que sí hacía era compartir balón de reglamento con sus nietos, en el jardín del chalé o en la playa que hay justo delante de la casa. En verano, acudía a la academia de fútbol que se creó hace nueve años y donde sus nietos Carlos y Santi acuden puntualmente cada día. El abuelo orgulloso no solía perderse ningún partido. Los dos hijos mayores de Carla Goyanes y Jorge Benguría son muy buenos en este deporte que practican también en el curso escolar en su colegio.
Si algo hay que destacar en la vida de Goyanes es precisamente la unidad familiar. Su noviazgo con Cari Lapique no fue fácil. Ya venía de una separación complicada de Pepa Flores con la que estuvo casado tan solo tres años. No había divorcio, pero sí funcionaba la anulación que concede la iglesia a través del Tribunal de la Rota. En ese caso la sentencia se basó en la inmadurez de los cónyuges para entender las obligaciones matrimoniales. Para Cari, la guapa hija de los vizcondes de Villamiranda, Carlos era su amor platónico desde siempre. Ella era siete años menor que él y se enamoró siendo Cari menor de edad. En la época, Goyanes era uno de los varones más codiciados. Y se dejaba querer.

Se casaron el 20 de septiembre de 1975 y Carmen Franco y los duques de Cádiz (Carmen y Alfonso de Borbón) fueron testigos del enlace. A la boda acudió Lola Flores, su hija Lolita y Pitita Riudrejo, entre otros. El lugar fue la parroquia de la Virgen Madre de Marbella. El año que viene tenían previsto celebrar las bodas de oro por todo lo alto con una misa y con renovación de votos incluida. Lo cierto fue que en aquellos años había bastante gente del entorno de ambos en que no estaban muy seguros de que el matrimonio durara para toda la vida, como así ha sido. Y es que Goyanes siempre fue un hombre divertido, muy guapo y coqueto. Cari ha sabido siempre llevarlo muy bien sin agobios ni celos innecesarios.
Sin trato preferente
Siempre ha estado apoyándolo en los momentos más duros de su vida, como cuando estuvo en la cárcel por unos delitos que nunca se demostraron y salió a los pocos meses. Corría 1990 cuando el empresario pasó cinco meses en prisión como presunto implicado en la Operación Mago contra el narcotráfico, aunque finalmente la Audiencia Provincia de Madrid lo absolvió. Cari acudía todos los días de visita y hacía la cola correspondiente compartiendo con el resto de los familiares las vivencias carcelarias. Nunca quiso un trato preferente y muchos años después, recordaba los consejos que le daban las mujeres que tenían a sus maridos o a sus hijos en prisión.
Cari y Carlos eran una pareja viva. Tenían aún muchos proyectos por cumplir, aunque los sueños principales de una familia feliz con hijas trabajadoras y nietos sanos ya estaba cubierta. Cari Lapique y sus dos hijas son las herederas universales de toda la fortuna de Carlos Goyanes. El fallecido empresario siguió primero sus pasos en el mundo del espectáculo para terminar haciendo carrera en el mercado inmobiliario. Fue a su esposa, a la que confió hace años la presidencia de la empresa, fundada en 1989, y que según publica el portal «Vanitatis», cuenta con un activo de 1,5 millones de euros y el año pasado tuvo un resultado positivo de 175.000 euros.

Goyanes quiso dejar todo bien atado y sin nada al azar. El hecho de que Cari Lapique fuera ya la cabeza visible de la empresa servirá para asegurar que el reparto de su herencia se produzca de la manera más rápida y sencilla posible. A esta circunstancia ayudará también el hecho de que en el momento de su muerte, Carlos Goyanes no tuviera ya propiedades a su nombre, como menciona también el citado medio. Tan solo poseía el 18% de un local comercial en el centro de Madrid, que compartía con sus hermanos. El patrimonio inmobiliario de la familia Goyanes se compone actualmente del piso en el madrileño Paseo de la Habana donde residían Carlos Goyanes y Cari Lapique y también del chalet en una exclusiva urbanización de Marbella, donde lamentablemente fallecía el empresario. Allí eran vecinos de por ejemplo de otras celebridades muy conocidas como Amaia Salamanca y Rosauro Varo. Era precisamente en la Costa del Sol donde el matrimonio llevaba una vida apacible, disfrutando de los suyos y con una actividad social activa pero discreta. En septiembre se celebrará el funeral en Madrid.
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