La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva está a la vuelta de la esquina, y lo que tendría que haber sido un camino feliz hacia el altar ha terminado convirtiéndose en una carrera de obstáculos en la que la marquesa de Griñón ha tenido que ir apagando un fuego tras otro, desde la sonada infidelidad de su pareja hasta la ruptura con Sophie et Voilà, la firma que iba a diseñar su vestido de novia.

Aun así, Tamara Falcó está decidida a que todo salga como ella ha soñado, empezando por su aspecto. La aristócrata ha confiado en Carolina Herrera para confeccionar su vestido a contrarreloj, pero no es su atuendo lo único que le preocupa. La hija de Isabel Preysler ha cogido algo de peso en los últimos meses, y aunque sigue estando ideal, le gustaría perder unos kilos de cara a su gran día. Por esta razón, habría recurrido a la ayuda “de profesionales”.

Según “Sálvame”, Tamara Falcó ingresará en una clínica especializada en pérdida de peso antes de su boda, una decisión que, hasta ahora, desconocía su entorno más cercano. “Sólo lo sabía su madre y alguien más”, cuentan desde el magacín de Telecinco.

Lo cierto es que, por desgracia, en los últimos días el peso de Tamara Falcó ha estado en boca de todos y la marquesa ha tenido que soportar comentarios absolutamente inapropiados de parte de rostros con mucha proyección pública, como Alessandro Lequio.

“Si repasamos la foto de este fin de semana, vemos que el perímetro de Tamara es el doble del de su madre”, espetó el italiano en “El programa de Ana Rosa”, con la sorna que le caracteriza.

Tamara Falcó no se ha pronunciado ante estas faltas de decoro, pero pero sobra decir que su propio cuerpo se convierta en un objeto de debate público no es agradable para nadie.