Kiko Hernández y Fran Antón han dado el decisivo paso de jurarse amor eterno en una preciosa boda en Melilla. Allí congregaron a sus seres queridos, familiares y amigos, para que fuesen testigos del triunfo de su historia de amor, la cual comenzó de forma discreta, a espaldas incluso de sus propios compañeros de ‘Sálvame’, como se queja Jorge Javier Vázquez. Un momento de celebración que después quedó reflejado en la portada de la revista ‘Lecturas’ y que el propio colaborador de televisión definía como: “La boda del año, sin más. Feliz de que podáis ver y compartir conmigo el momento más feliz de mi vida. ¡Y ya son tres! Para los 400, os quiero y mucho, y formáis ya parte de mi vida”.

Pero después de intercambiar alianzas y sellar el compromiso de tener una vida en común por el resto de sus días con un ‘sí, quiero’, llega el momento de la luna de miel. El viaje de novios había comenzado, o al menos eso es lo que quiso dar a entender el propio Kiko Hernández, que después de su boda compartió una imagen en sus stories de Instagram en la que mostraba que estaba volando en un avión. “¡Feliz con todo! Ahora toca descansar, disfrutar y desconectar. Hoy es el primer día”, escribía misteriosamente, sin querer desvelar el destino de su viaje de enamorados.

Pero, al parecer, sus primeros días como hombre casado con Fran Antón no tienen un destino paradisiaco, sino precisamente la misma Melilla en la que se han casado. Y es que Kiko Hernández y su esposo no han abandonado la región y continúan disfrutando sus placeres de forma discreta, sin querer llamar demasiado la atención. “Enamorados del Monte Gurugú”, escribía mostrando una imagen de su espacio predilecto de Melilla, el más alto de la región.

De lo que no ha hecho mención Kiko Hernández es sobre su luna de miel. Su anterior mensaje daba a pensar que iniciaba el viaje de novios junto a Fran Antón, dado que no solo anunciaba que llegaba el momento de desconectar y relajarse, sino también de que era el primer día que iba a hacerlo y que, para ello, tomaba un avión rumbo a un destino sin desvelar. Pero al final sigue en Melilla, donde ha decidido emplazar los primeros recuerdos de sus primeros días en matrimonio. Seguramente, estén jugando al despiste y traten de evitar que la prensa siga sus próximos pasos, dado que el destino de su luna de miel y las mejores instantáneas pueden ser contenido muy jugoso para el kiosco rosa de los miércoles.