Sin trabajo
Gustavo, el chófer de María Teresa Campos, habla de su incierto futuro sin su jefa
El que fuese mano derecha de la periodista se ha quedado sin trabajo, aunque dice estar siempre al servicio de Terelu Campos y Carmen Borrego
La muerte de María Teresa Campos no solo ha dejado huérfanas a Terelu Campos y Carmen Borrego, pues también se siente sin consuelo Gustavo, su chófer y hombre de confianza desde hace décadas. Se le ha considerado su mano derecha, pues acompañaba a la veterana en todo momento y hacía las veces de su mejor aliado, aunque tan estrecha era su relación que incluso le veía como al hijo que nunca tuvo. La última vez que el chófer ha acompañado a su jefa ha sido este mismo martes 5 de septiembre, día en el que se ha conocido su fallecimiento, en el tanatorio de La Paz de Madrid, en el que se ha celebrado el último adiós.
Gustavo está roto de dolor por perder a uno de los pilares fundamentales de su vida, más allá de tratarse de su jefa y de su principal fuente de ingresos. Este martes, el chófer aseguraba que María Teresa Campos era “mi media naranja”, entre otras preciosas palabras que ensalzaban su figura tanto frente como detrás de las cámaras. Pero el empleado de la familia Campos ahora ha dado un paso más allá en sus afirmaciones y ha desvelado no sólo cómo se siente ante la dura pérdida, sino también qué le deparará el futuro ante tan incierto presente.
Sobre este tema, Gustavo ha hablado con la prensa a su llegada al tanatorio de La Paz donde sería incinerada la presentadora en la “más estricta intimidad”, por expreso deseo de la familia. Antes de acceder al edificio funerario, el chófer ha reconocido que “estamos muy mal todos, yo he pasado muy mala noche”. Y no es para menos, pues “pata mí se ha ido una segunda madre, ya sabéis”, se explicaba. Además, alabó su trabajo y su peculiar forma de corresponder a todo el mundo que lo necesitaba: “Solo quiero decir de ella que ha dignificado vuestra profesión como nadie. La mujer más generosa del mundo, de verdad, no conmigo, sino con todos vosotros también. Sabéis que nunca se negaba a una foto, nunca se negaba si podía ayudar a los demás”, reconoce.
Pero el momento más importante de la conversación, al menos para lo que respecta a su futuro, llegó al final de su breve entrevista. Gustavo reconoce que ahora su trabajo se queda en el aire, pues había sido contratado por la familia para servir de mano derecha a María Teresa Campos, pero con su ausencia sus servicios ya no son necesarios. Algo en lo que él prefiere no pensar en estos momentos, pues en instante de llorar la pérdida de su jefa, para más tarde comenzar a preocuparse por su futuro laboral: “Yo ahora no estoy para nada más”, reconoce el chófer, que además añade que “siempre estaré para ellas”, refiriéndose a Terelu Campos y Carmen Borrego, a quienes siempre estará agradecido y a las que incluso ha llegado a denominar como hermanas en las entrevistas que ha concedido al kiosco rosa.
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