Justicia
Diez años de Mario Biondo: la familia contra Netflix y la pista de la «asfixia erótica»
El padre del ex marido de Raquel Sánchez Silva asegura que estará muy atento al documental que se prepara
«Vamos a tomar medidas, estamos muy pendientes del documental y de la versión que se pueda dar sobre la muerte de Mario», es la queja visceral de Pippo Biondo, al otro lado de teléfono sobre el documental que prepara Netflix y que se prevé estrenar con motivo del décimo aniversario de la muerte de su hijo, Mario Biondo. Los sentimientos se remueven estos días en la casa familiar de Palermo de Pippo y Santina Biondo, padres del marido fallecido de Raquel Sánchez Silva. «Intentamos bloquear el documental porque nos engañaron al omitir que el productor del documental es Guillermo Gómez Sancha, exmánager de Raquel», apunta Pippo.
Se refiere Pippo a la entrevista que su mujer, Santina D’Alessandro, y él mismo, concedieron a Manguera Films, la productora que contactó con ellos para contar la historia de la muerte de su hijo en un documental para Netflix. La familia duda de la objetividad del documental y del sesgo que pueda tomar estando detrás del proyecto un amigo íntimo de la presentadora. «Las imágenes y los testimonios se pueden manipular a voluntad», asegura Pippo.
La guerra lejos de cesar después de diez años parece recrudecerse estos días ante el inminente estreno del documental. Sin ir más lejos, hace unos días, Santina Biondo le enviaba un mensaje a Raquel Sánchez Silva, a través su cuenta de Twitter: «Venga, cuéntanos tu experiencia en Londres en 2008, que además de mejorar tu inglés aprendiste la técnica de la asfixia erótica. ¡Todo saldrá a la luz!». Un capítulo más de la guerra abierta entre los Biondo y la viuda de su hijo, enfrentados desde el 30 de mayo de 2013, cuando fue encontrado muerto en el piso de la madrileña calle Magdalena que compartía con Sánchez Silva: Raquel alineada con la versión de la Policía y la Justicia española, que declararon la muerte como un suicidio, sus ex suegros defensores de la tesis de que Mario fue asesinado.
Raquel, la innombrable
Si dramática fue la muerte del joven, más traumática aún ha sido la investigación del caso en estos últimos diez años, hecha en paralelo entre Italia y España y plagada de denuncias por mala praxis, investigaciones forenses cruzadas y un sinfín de pesquisas sin un resultado definitivo hasta hoy. En el foco la familia puso desde el primer momento a Raquel por entrar, según ellos, en contradicciones constantes a la hora de testificar antes los jueces italianos y españoles. Pippo se refiere indirectamente a ella –prefiere no nombrarla- cuando habla de sus deseos de «desenmascarar a los que han enturbiado, omitido, extraviado y falsificado documentos y a los que han declarado falsedades ante los jueces italianos y españoles».
La lucha de los Biondo comenzó cuando la Policía española dio carpetazo al caso apuntando a la tesis de la muerte no violenta. Comenzó entonces una ardua lucha en los Juzgados, primero en España, y después en Italia, para esclarecer la muerte del joven palermitanio.
«Han sido diez larguísimos años donde no se corresponde el derecho con la fuerza y determinación que tenemos. Seguimos adelante gracias al amor de Mario, que nos mantiene en pie», afirma Pippo, convencido. En sus deseos de conocer la verdad, la familia contrató en paralelo a Emme Team, una empresa italoestadounidense experta en tecnología, que analizó minuciosamente las redes wifi y el ordenador de Mario la noche de su muerte.
Datos informáticos
En su informe la empresa alertó de la alteración de datos informáticos sobre el contenidos de los dispositivos de la víctima. Al mismo tiempo, la misma empresa acreditó diferencias entre las copias de seguridad del disco duro del portátil de Mario, un Macbook, y la memoria de su teléfono, un iPhone. Algo que ponía en entredicho la custodia del ordenador hasta su entrega a la Policía y también según ellos, que apuntaba directamente a su viuda, quien aseguró siempre haber entregado el portátil a los agentes tal cual lo encontraron. Además, la empresa tecnológica detectó a dos personas conectadas a la red wifi de la casa la noche que murió Mario a través de dos móviles, que se conectaron a Twitter y Facebook utilizando la dirección IP de la casa. De hecho, la empresa asegura tener los nombres de los dos usuarios que se conectaron a aquella clave el pasado 30 de mayo de 2013.
Una revelación que ha servido como punto de partida de la nueva denuncia que la familia presentó a finales de 2022 a la Justicia española, a través de un bufete de Barcelona, solicitando la reapertura del caso a tenor de las nuevas pruebas. Aunque están confiados, Pippo prefiere ser cauto: «Estamos esperando a que la Justicia española acepte la denuncia, todos los elementos están ahí. Haremos todo y más por conseguir que se sepa la verdad».
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