Sincera entrevista
Arantxa Sánchez Vicario: “Me queda mucha fuerza y espíritu de lucha, pero dinero nada”
La tenista se sincera sobre cómo se está recuperando de su polémico divorcio y su condena por alzamiento de bienes
Arantxa Sánchez Vicario siempre pasará a la historia del deporte español por ser la “niña de oro del tenis” patrio. Su buen hacer con la raqueta le ha valido un destacado hueco, desde que comenzase desde bien pequeña hasta tener un envidiable palmarés. Incluso su mera presencia en los terrenos de juego, aunque ella no participase, era sinónimo de éxito, de ahí que se popularizase la creencia de que era un talismán para todo deportista, sea cual fuese la disciplina. Sin embargo, la misma fortuna que tuvo en sus años en activo se tradujo en desgracias cuando comenzó a tomar tierra y ver que no era oro todo lo que relucía. Los problemas con su familia coparon titulares, su descalabro económico fue uno de los temas más candentes. También ha sido así más recientemente con el polémico divorcio del padre de sus hijos, Josep Santacana, con líos con la justicia de por medio, siendo condenada por alzamiento de bienes a dos años de prisión. Según ha declarado ella misma en una entrevista concedida a ‘Yo Dona’, lo ha perdido todo y debe comenzar de nuevo a luchar por sacar a sus hijos por delante, pero, tal y como se desprende de sus palabras, parece hacerlo con la mejor de las actitudes.
La tenista estrella de la década de los 90 ha detallado cómo está reconstruyendo su vida y adaptándose a las nuevas circunstancias en las que se encuentra tras el traspiés sentimental y el revés judicial. Su separación de Josep ha sido traumática, viéndose inmersa en una amarga lucha en la que se jugaba su propia libertad. Aunque al final no ha tenido que ingresar en prisión, sí que se apena de haberlo perdido todo. No es la primera vez. Con 16 años participó en sus primeros Juegos Olímpicos en Seúl y con 17 ya había ganado su primer Roland Garros. Su rendimiento en la pista era excepcional y suponía todo un espectáculo para los amantes del tenis, lo que se traducía en ingentes ingresos de los que ella no era consciente: “Yo me dedicaba exclusivamente a jugar al tenis. Sabía que ganaba dinero, pero depositaba toda mi confianza en otras personas para que se ocuparan de esos temas. No tenía motivos para desconfiar. Ahora sí que sé perfectamente lo que tengo”, asegura en el citado suplemento de ‘El Mundo’, añadiendo que “cuando eres buena persona, confías y, si las cosas no salen bien, entonces acabas pecando de ingenua”.
Ahora, Arantxa Sánchez Vicario se está reconstruyendo a sí misma desde las ruinas que quedaron tras el divorcio y los problemas judiciales que pusieron en jaque su vida. Lo hace con una fortaleza de la que se siente muy orgullosa: “A lo mejor he sacado esa fuerza interior de mi viaje a las profundidades. Hoy, afortunadamente, puedo decir que me encuentro bien y que he aprendido lo que es el infierno. Saber lo que hay allí me ha ayudado a apreciar más lo que hay aquí arriba y a saber dónde no quiero volver nunca más. He aprendido mucho y eso me ha hecho más fuerte todavía”. Eso sí, parte de su determinación se la debe también a la ayuda psicológica que ha precisado para afrontar algunos de los capítulos más duros de su vida: “En algunos momentos sí tuve que ir (a terapia), pero el esfuerzo final lo he hecho yo solita. Ha habido personas que me han ayudado muchísimo en momentos puntuales, pero he sido yo la que ha salido adelante”, destaca.
La deportista considera que, en ocasiones, los medios de comunicación le han dificultado las cosas. Es más, llega a afirmar en su entrevista que su situación mediática hubiese sido bien distinta si fuese hombre: “En casos como el mío queda patente que a las mujeres todavía nos queda mucho camino por recorrer. En ocasiones, considero que así ha sido. No obstante, para sacar esa fuerza interior no me ha quedado otra que sobreponerme y seguir adelante. Tengo dos hijos maravillosos a los que amo con locura, que son el motor de mi vida y que, en los momentos más difíciles, me han brindado el coraje que necesitaba para salir adelante. Y cualquiera que sea madre sabe que no hay fuerza más poderosa que la que nos dan los hijos. Me emociono al hablar de ellos”.
Arantxa Sánchez Vicario destaca que ahora, tras los duros reveses sufridos, le queda “mucha fuerza y un espíritu de lucha enorme, pero dinero, nada”. Algo que, según destaca en su entrevista, no es motivo de preocupación, sino un aliciente para superarse de nuevo: “Y casi lo agradezco, porque eso me impulsa a seguir trabajando como hace cualquier otra persona. Esa es la Arantxa que la gente no conoce”. Ahora trabaja como profesora de tenis en Miami, aunque la mitad de su sueldo debe ser ingresado en el banco de Luxemburgo, como así se fijó como parte del acuerdo judicial que le salvó de la prisión. Teniendo la parte profesional salvada y la económica en vías de recuperación, tan solo le queda reconstruirse en lo que al amor se refiere. ¿Está abierta a enamorarse? Lo tiene claro: “Como cualquier otra persona que haya pasado por una separación o un divorcio. ‘Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida’, dijo Woody Allen. No descarto nada”, sentencia.
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