Controversia
Peleas y policía: Jacobo Ostos, de nuevo en el punto de mira por las fiestas de su casa
Los vecinos se quejan del ruido y las disputas que se forman en la calle
Mucho se habló en su día sobre las supuestas fiestas ilegales que Jacobo Ostos organizaba en su casa, cuando las restricciones por la pandemia de coronavirus todavía estaban vigentes. Parece que el hijo de Jaime Ostos ha vuelto a las andadas y, aunque ahora no exista ninguna ley que prohíba esas reuniones multitudinarias, no dejan de ser muy molestas para los vecinos. El resto de propietarios de la urbanización se quejan del excesivo ruido que han de soportar cada fin de semana, además de la suciedad o las peleas que suelen conllevar este tipo de eventos.
Jacobo Ostos se excusa asegurando que él se limita a alquilar el espacio y que no tiene ningún tipo de responsabilidad sobre lo que los arrendatarios hacen en la propiedad. Los vecinos, cansados de la situación, han llamado a la policía e incluso aseguran haber denunciado al exconcursante de “Supervivientes”, pero, de momento, parece que los agentes poco pueden hacer ante esta situación.
La crispación en el vecindario es tal que el pasado fin de semana, durante una conexión en directo con el programa “Fiesta”, Jacobo Ostos se encaró con uno de los residentes que se quejaba de sus fiestas. “Que sepas que la televisión es un arma de doble filo. Igual que tú me denuncias a mí, yo te denunciaré a ti por amenazas y por intentar agredirme. ¿Me vas a quemar la casa? Dilo ahora en televisión. Dime que me vas a quemar la casa. Ahora no tienes huevos. Eres muy valiente. Venga, quémame la casa”, advertía el hijo del torero.
Por su parte, su madre, Mari Ángeles Grajal, defendió a su hijo asegurando que no conocía a ninguno de los vecinos que estaban quejándose de las quejas, insinuando que habían sido contratados por alguien. Hoy, molesta, se ha enfrentado a la prensa que le ha preguntado sobre esta situación: “Ya he dicho lo que tenía que decir y no voy a decir nada más. Entiendo vuestro trabajo pero entendedme a mí también. No me persigáis que me sienta fatal, por favor no me hagáis esto. Me sienta fatal que me tengáis espiando, de verdad”.
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