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Salud

Kiko Rivera: la penultima caída del juguete roto

El DJ ha sido ingresado tras sufrir un ictus

Kiko Rivera FerGTRES

Malos hábitos, adicciones que producen secuelas con el tiempo, una alimentación desequilibrada, desafueros familiares que afectan al cerebro, la vida loca que no acaba de tener fin… A Kiko Rivera le han pasado factura y en los últimos tiempos su estado de salud no era satisfactorio.

El pasado jueves por la noche se sentía tan mal que tuvo que ingresar a las tres de la mañana en el sevillano Hospital Virgen del Rocío, y en el momento de escribir estas líneas, el secretismo era prácticamente total, pero sabemos que sufrió un ictus y que le están haciendo pruebas en el departamento correspondiente a ese tipo de enfermedades, situado en la primera planta de traumatología del citado centro sanitario, un referente mundial en el tema de los ictus.

Aunque en un primer momento, se dijo que la situación era muy grave, según iban pasando las horas, amigos y familiares fueron indicando que Kiko Rivera se encontraba completamente controlado, hasta el punto de que podría ser dado de alta este mismo fin de semana. De no agravarse su estado el protocolo determina que debe estar en observación entre cuarenta y ocho y setenta y dos horas.

Fachada del hospital Virgen del Rocío de SevillaJosé Manuel VidalAgencia EFE

Su esposa Irene confirmó que “está bien, manda besos para todos, ha sido un pequeño ictus y se lo han cogido a tiempo. Toda su familia está al tanto de todo. Yo estoy tranquila y esperando que evolucione bien. De momento seré la única que entre a verle...”.

Cristina Tárrega , amiga de la familia Pantoja, desvela a nuestro periódico que “Isabel, la madre de Kiko, ha dejado su finca y se encuentra en Sevilla con la intención de interesarse in situ de la situación de Kiko.” Se desmienten así las informaciones que indican que la cantante y su vástago siguen distanciados. Es más, nos llega el rumor de que el DJ expresó a su entorno que iba a visitar “Cantora” próximamente con sus hijos para visitar a Isabel y zanjar definitivamente sus enfrentamientos.

La tonadillera se enteró del problema a primeras horas de la mañana del viernes, porque no consiguieron que contestara al teléfono en la madrugada. Y si se confirma su presencia en el hospital, paradojas de la vida, el reencuentro entre los dos se “produjo” en un escenario muy distinto al esperado.

Irene Rosales acude al hospital para ver a Kiko RiveraJosé Manuel VidalAgencia EFE

Un familiar cercano asegura que “a pesar de todo lo que dijo Kiko sobre su madre y los problemas derivados de la herencia de Paquirri, Isabel nunca ha dejado de querer a sus hijo. Es, como expresa en una de sus canciones, “su pequeño del alma”, y lo será toda la vida. Y en cuanto le dijeron que le habían ingresado sufrió un ataque de ansiedad muy fuerte…”.

Kiko pasó la madrugada del viernes vomitando y con grandes dolores de cabeza... Pero consiguieron estabilizarle y notificaron a su esposa, Irene, que estuviera tranquila. Porque se encontraba fuera presa de los nervios. Ella fue la que reaccionó rápidamente al ver que su marido presentaba los síntomas del ictus y quien decidió que se desplazara al hospital. No pintaba bien la cosa y en lugar de llevarle a uno de los dos centros médicos cercanos a su casa de Castilleja de la Cuesta, se le trasladara hasta el Virgen del Rocío, que cuenta con mayores, y mejores medios.

Una fuente hospitalaria nos desvela que “los médicos que se ocupan del paciente tienen muy claro que debe mantener un ritmo, y unos hábitos de vida, mucho más saludables. Con una dieta equilibrada y sin excesos. Tiene que olvidarse de las grasas, el alcohol y hacer ejercicio. Porque existe el peligro de que el ictus pueda repetirse en el futuro”.

Kiko Rivera en una imagen de archivoMediaset

Amigos como Antonio Tejado o el hijo de Raquel Bollo, Manuel Cortés, íntimos del DJ, han manifestado que “la evolución es positiva y no se encuentra tan grave como se está contando”. Los dos mantienen contacto permanente con Irene, al igual que lo hacen el resto de amigos y familiares del ingresado.

Su hermano, Cayetano Rivera, también aporta tranquilidad a la situación: “Kiko se encuentra bien, todo ha quedado en un gran susto, en estos momentos le hacen pruebas y no permiten visitas. Es joven y no nos esperábamos esto, pero lo importante es que vaya evolucionando favorablemente. En cuanto pueda bajaré a Sevilla a verle”.

El periodista Antonio Rossi incluso adelanta que “el ictus ha afectado a una zona pequeña y podría recibir el alta este mismo sábado”, algo que no parece probable al cien por cien. Quizá sería demasiado prematuro.

Y otro periodista, Saúl Ortiz, confirma que “Isabel Pantoja está al tanto del estado de su hijo y es posible que le visite en el hospital este fin de semana”.

Isabel Pantoja y Kiko Rivera durante la emisión de “GH Dúo”larazon

Ironías de la vida, Kiko Rivera estrenaba este mismo viernes su nueva canción, “Vudú”, en plataformas digitales. Pero el jueves no se encontraba bien y subió el siguiente mensaje a las redes: “Estamos de estreno, pero yo me encuentro bien jodido”, un vaticino de lo que sufriría horas más tarde. La promoción, lógicamente, ha sufrido un inevitable retraso.

A sus treinta y ocho años, el hijo de Paquirri, que se sepa, sufre un problema crónico de gota, otro de corazón y una diabetes mal controlada. Además, un pasado marcado por las drogas y adicciones habría lastrado su vida hasta extremos inimaginables. Ahora parecía que empezaba a tomarse todo más en serio, pero la salud le ha jugado una mala pasada con este ictus inesperado.

Su hermana Isa y su prima Anabel también están muy preocupadas por el problema y mantienen contacto continuo con Irene.

Los expertos indican que hay que vigilar que no pueda producirse un nuevo infarto en las siguientes setenta y dos horas. Y, como hemos dicho, que el paciente, en este caso Kiko Rivera, tiene que cambiar radicalmente sus hábitos de vida. Es primordial para que lo de ahora no sea la penúltima caída del que muchos llegaron a considerar un “juguete roto”. Ojalá que haya aprendido la lección y se tome su existencia más en serio.