Crisis matrimonial
Ana María Aldón, toda la verdad sobre su desaparición mediática
No está de baja médica, pero está aislada. ¿Qué pasa con la mujer de Ortega Cano? ¿Qué papel tiene su representante en todo esto?
Un terapeuta, un representante y un torero tienen las llaves del futuro de Ana María Aldón. Son ellos los que tratan de recomponer su ánimo, su futuro profesional y su complicada coyuntura familiar después de que la colaboradora de «Viva la vida» haya tocado fondo. Ana María, harta de las polémicas, ha dicho hasta luego a los platós y a las exclusivas generando una expectación sin precedentes en su vida. Mientras unos lo achacan a una crisis matrimonial y aseguran que Ortega Cano le ha exigido que deje la tele para salvar su matrimonio, otros argumentan que ha pedido la baja laboral por depresión.
LA RAZÓN se ha puesto en contacto con los dos representantes de la mujer de José Ortega Cano, Fernando Pinilla y Marc Fiorensa, para desentrañar lo que se esconde tras su sorpresiva desaparición mediática. Y aunque nos desmientan que esté en tratamiento psicológico o recibiendo medicación no niegan que la fama y el juicio mediático que ésta acarrea ha pasado factura psicológica a la mujer de Ortega Cano, motivo por el que ha decidido hacer un parón en su carrera en los medios.
La que fuera una pequeña empresaria hortícola ha visto como su vida ha dado un giro de 180 grados tras conocer, en 2012, al viudo de Rocío Jurado. A la gaditana le tocó vivir la caída en desgracia del torero a raíz del accidente que sesgó la vida de Carlos Parra, por el que Ortega fue condenado a dos años y seis meses de cárcel por homicidio imprudente. Ana María se mantuvo a su lado y, en silencio, ganándose el cariño de la prensa aunque dentro de la familia del diestro se la tachara de mera oportunista.
A las críticas de su familia política por quedarse embarazada a los tres meses de empezar su relación con él, se unió el difícil momento que le tocó vivir en Zaragoza, a dónde se trasladó a vivir con su hijo, mientras su pareja cumplía condena en la cárcel aragonesa de Zuera. Todo aquello le sumió en una profunda depresión de la que, en esa ocasión, solo tuvo conocimiento su círculo más cercano. Aún sin curar y en tratamiento, en 2020 aceptó la propuesta que le hizo su representante, Fernado Pinilla, para fichar por «Supervivientes».
Comenzaba así la aventura de su vida y su despegue mediático. La discreción de la que había hecho gala durante los ocho años que llevaba con Ortega Cano nos había impedido conocer a una mujer con una gran personalidad y con ganas de reivindicar su nombre propio. El concurso supuso una auténtica catarsis para Ana María, que experimentó un gran cambio físico y se convirtió en una de las revelaciones del concurso, en el que llegó como líder a la final. Durante su estancia en Honduras fue disminuyendo la medicación que tomaba por su tratamiento psiquiátrico y, tras su éxito televisivo, Ana María se propuso disfrutar las mieles de la popularidad fichando como colaboradora en «Viva la Vida», actividad que compaginó con sus estudios de moda.
Pero la fama cuesta. De la mano de Antonio Pinilla, el arquitecto y empresario que también representa a Isabel Pantoja en televisión, deambuló por los platós sin salirse del guión familiar en el que, hasta entonces, ejercía de personaje secundario. Ana María reclamó su sitio como mujer y como personaje, y de la mano de Marc Fiorensa, impulsó su carrera como «influencer» para poder hacer realidad su sueño de ser diseñadora de moda. Con el representante catalán que ha negociado sus exclusivas para «Lecturas» y su debut como diseñadora en la «Sálvame Fashion Week» está ganado más dinero que nunca y eso que, debido a su actual situación, están a la espera varios proyectos. Con este asesor, experto en estrategias de marketing en redes sociales, ha comenzado a hacer publicidad como imagen de un gazpacho y a generar otros ingresos promocionando productos en Instagram. Pero, la inyección de solvencia que necesitaba para cumplir su sueño, se ha convertido en un dardo envenenado que ha dado origen a una grave crisis personal, mediática y familiar.
Todo se desató a raíz de su última exclusiva en la que respondía a Gloria Camila Ortega. Su marido estallaba públicamente pidiendo a su hija y a su mujer que cesaran sus mutuos reproches y que le dejaran al margen de los medios. Tras estas palabras de Ortega Cano, Ana María sufría una crisis de ansiedad y decidía abandonar Madrid con su hijo para refugiarse en la casa que tiene el torero en el sur de España. Ana María desconectaba su teléfono y cancelaba sus compromisos laborales, generando una gran revuelo mediático.
Tras su regreso a Madrid, el pasado jueves, Ana María decidía acatar la recomendación de su círculo de confianza y acudir a un terapeuta que forma parte del equipo de Pinilla. Así, el viernes, mientras Ortega Cano se encaminaba a Francia para cumplir con su labor como apoderado, Ana María acompañada de su representante acudía a su primera cita con la persona que le trata y que no es ni psiquiatra ni psicólogo, por lo que se descarta que esté bajo medicación como se ha afirmado.
Es el propio Pinilla quien nos da la última hora sobre la diseñadora y nos desmiente las informaciones que señalan a Ortega Cano como el causante de su desaparición de los medios: «No está de baja médica por depresión y, además, su contrato con «Viva la Vida» terminó el pasado 30 de junio, así que no hay ninguna baja laboral. Está con un especialista tratándose», nos dice. «Ella necesita recuperarse y en eso estamos, permíteme que sea discreto al respecto. Que haya desaparecido temporalmente de la televisión no ha sido una decisión de Ortega Cano, sino mía. He tomado la decisión de protegerla y sacarla para adelante».
Un vaivén de emociones
De este modo deja claro que no es cierto que Ortega Cano o Gloria Camila le hayan impuesto a Ana María, para salvar su matrimonio, abandonar Telecinco o despedir a Fiorensa: «A su asesor en redes sociales le llamé para pedirle que durante el tiempo que Ana María esté recuperándose no se publique nada en sus redes ni se la moleste». Una información que, Marc Fiorensa, nos reconoce en parte: «Después de muchos días llamando a Ana María sin obtener respuesta y, como teníamos un proyecto importante entre manos, la escribí para que me llamara. Minutos después recibí la llamada de Pinilla. Él dejó claro que yo solo debía ocuparme de las redes de Ana y que, de momento, parara cualquier acción. De todos modos, no quiero decir nada hasta que consiga hablar con Ana María personalmente».
Lo que está claro es que Ana María se ha convertido en una de las mujeres más buscadas y deseadas por los medios de comunicación. La hoy aspirante a diseñadora de moda vive en un vaivén de emociones y todo indica que no será hasta después del verano cuando la veamos de nuevo ante las cámaras. Su representante sin embargo prefiere evitar dar fechas: «Cuando esté mejor, retomaremos proyectos. Ya lo iréis viendo, hay que darle su tiempo».
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