JJOO
Saúl Craviotto: la historia fuera de foco del niño tímido que se convirtió en medallista olímpico
Se subió a una piragua por primera vez cuando solo tenía un año, y desde entonces no ha vuelto a bajar
Eso uno de los deportistas españoles más reconocidos y queridos. Saúl Craviotto pisa este 2021 el suelo olímpico por cuarta vez en su vida, aunque esta ocasión es más especial que ninguna otra porque, junto a Mireia Belmonte, ejerció como abanderado de nuestro país en la ceremonia de apertura de los Juegos de Tokio, portando con orgullo la rojigualda ante millones de espectadores procedentes de todas las partes del mundo. Su primera vez en el mayor deportivo del planeta se remonta a 2008, en Pekín, donde se hizo con el oro en la categoría K2 500 metros. Cuatro años más tarde, en Londres, volvió a ocupar lo más alto del podio en la prueba de K1 200 m, y repitió en 2016 en Río de Janeiro.
Se trata de varias victorias consecutivas que solo se consiguen a raíz de muchos años de esfuerzo y dedicación. Lo cierto es que la pasión por el piragüismo le viene a Saúl Craviotto de familia. Su padre Manuel fue varias veces campeón de España en la misma disciplina y entrenó a jóvenes en su Lleida natal. Fue él quien inició a su hijo en este deporte, subiéndolo a una embarcación por vez primera cuando solo tenía un año. A partir de ese momento, la pasión por el agua del aquel chico tímido de ojos verdes fue in crescendo hasta que, cuando alcanzó la adolescencia, comunicó a sus padres que quería mudarse a Madrid para matricularse en una escuela de alto rendimiento.
“El día antes de irse llovía, lo recuerdo perfectamente. La imagen de él diciéndome adiós está en mi cabeza. Me volví de Madrid a Lleida llorando. Se fue en octubre y llegó Navidad y no había entrado en su habitación porque lloraba sin parar”, recordó su madre Emma durante una entrevista con Televisión Española. El resto de la historia ya se conoce: Saúl Craviotto destacó rápidamente como piragüista tras años de intenso entrenamiento y en 2008 logró hacer realidad el que fue su gran sueño desde que tiene memoria: competir en unos Juegos Olímpicos.
Un hombre polifacético
Pero Saúl Craviotto es mucho más que un deportista de élite. A sabiendas de que es complicado ganarse la vida mediante una disciplina que no mueve masas, el catalán se abrió camino entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y se convirtió en Policía Nacional. Durante un tiempo patrulló las calles e hizo de ellas un lugar más seguro, hasta que le llegó la oportunidad que le cambió la vida: concursar en ‘MasterChef Celebrity’. Fue entonces cuando se convirtió en un rostro conocido y empezaron a lloverle nuevas propuestas y proyectos interesantes.
Además, Saúl Craviotto es un hombre muy familiar. Está casado desde el año 2013 con Celia García, la madre de sus dos hijas: Valentina y Alejandra, que se convirtieron en las personitas más importantes de su vida desde el mismo momento de su nacimiento. Por otro lado, cabe destacar el lado más solidario del deportista. En el máximo apogeo de la pandemia de coronavirus, recuperó su uniforme de policía para colaborar con el resto de agentes en uno de los momentos más duros por los que atravesó este país.