España
Mireia Belmonte y Saúl Craviotto encabezan la delegación española en Tokio
Ambos deportistas afrontan la cita con la posibilidad de convertirse en los deportistas nacionales con más medallas olímpicas, un récord que ostenta el gallego David Cal con cinco.
Alegres y contenidos, impecables en su vestimenta, con tímidos saltos, algún corazón formado con los dedos y muchos móviles para inmortalizar el momento, España desfiló en la apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 abanderados por la nadadora Mireia Belmonte y el piragüista Saúl Craviotto.
En una ceremonia excepcional por la ausencia de aficionados en el Estadio Olímpico, planteada para la realización televisiva con grandes fuegos artificiales que partían de la cubierta del estadio y con guiños tecnológicos como la banda sonora de conocidos videojuegos como acompañamiento musical del desfile, España formó parte de la primera mitad del desfile, con el orden determinado por el alfabeto japonés, en el puesto 88 tras la delegación de Sudán.
Sin la algarabía de la delegación argentina, una de las primeras y que llegó a parar el transcurso del desfile unos segundos al pararse a saltar en el centro del estadio, pero con mucha más alegría y animación que buena parte de las 87 delegaciones que la precedieron, una cincuentena de los 321 deportistas españoles de estos Juegos salieron al estadio olímpico.
Encabezados por Saúl Craviotto y Mireia Belmonte, mucho más acompasados portando la bandera que la mayoría de los abanderados que los precedieron, sonrientes por debajo de las mascarillas rojas que tapaban su rostro y que se han convertido en la marca inexcusable que toda la humanidad ha tenido que aceptar en el último año y medio, los españoles marcharon en el arranque de Tokio 2020.
Ataviados con chaqueta blanca, polo rojo y pantalón azul ellos, y con vestido rojo y chaqueta blanca ellas, salieron al estadio algo cohibidos, móviles en ristre para inmortalizar el momento.
Conforme fueron avanzando la alegría se exteriorizó algo más: un corazón formado con los dedos a cámara, manos arriba por parte de las jugadoras de baloncesto como Laia Palau, besos a la cámara de su compañera Leonor Rodríguez.
La salida, las cámaras, provocaron también saltos, manos que señalaban a las pantallas donde se veían retratados en un momento histórico.
Desde el palco saludaban Juan Antonio Samaranch, exvicepresidente del Comité Olímpico Internacional, y Marisol Casado, presidenta de la Federación Internacional de Triatlón (ITU) y miembro también del COI.
España se fue animando conforme pasaron los metros del pasillo que permite el lucimiento de cada delegación en el incesante y agotador paso de deportistas que es una inauguración de unos Juegos Olímpicos.
Tanto se animaron los deportistas españoles que acabó saltando tímidamente, de menos a más, como espera que sea la alegría del deporte español durante estos Juegos, en los que tiene el anhelo de superar las 22 medallas de Barcelona 1992, tope histórico del olimpismo español.
Craviotto y Belmonte
Ambos deportistas afrontan la cita con la posibilidad de convertirse en los deportistas nacionales con más medallas olímpicas, un récord que ostenta el gallego David Cal con cinco.
El de Pontevedra, retirado desde 2015, firmó una brillante carrera con un oro y cuatro platas, las conseguidas en tres Juegos Olímpicos: Atenas 2004 (plata en C1 500m y oro en 1.000m), Pekín 2008 (plata en C1 500 y 1.000m) y Londres 2012 (plata C1 1.000m). Hasta la fecha nadie ha podido superar a Cal.
Por detrás del gallego se sitúan cinco deportistas en el ránking de metales olímpicos para España. Tres de ellos ya no le podrán dar caza porque están retirados (Joan Llaneras -ciclismo en pista-, Andrea Fuentes -natación artística- y Arantxa Sánchez Vicario -tenis-), que tienen cuatro medallas, pero los otros dos en esta tesitura sí que pueden alcanzar a David Cal en Tokio.
Ellos son, precisamente, los abanderados Mireia Belmonte y Saúl Craviotto. Ambos acuden a la cita olímpica con posibilidades de -al menos- igualar las cinco medallas. La de Badalona, que es vigente campeona en 200 mariposa, prueba que no nadará, estrenó su palmarés olímpico en Londres 2012 con dos platas que la convirtieron en una de las grandes protagonistas de aquel certamen.
Cuatro años más tarde consolidó su crecimiento y se convirtió -si no lo era ya- en la mejor nadadora española de todos los tiempos. Al oro en 200 mariposa le añadió un bronce en 400 estilos.
La catalana, después de un ciclo olímpico irregular y con muchas lesiones, no llega en su mejor momento, pero siempre es un seguro de vida en las grandes pruebas. En esta ocasión nadará en 1.500 libre, 800 libre y 400 estilos, donde fue bronce en Río, además del relevo 4x100 estilos.
Belmonte tiene más opciones en el 400, ahí posee un mejor ránking mundial y donde podría tener su primera oportunidad de igualar a Cal el fin de semana domingo, aunque ya ha sido capaz de demostrar su competitividad en las pruebas de fondo. "No fue un año fácil, pero no bajo los brazos", aseguró la catalana días antes de partir a Tokio, confirmando que su progresión ha sido "buena" en los últimos meses pese a su lesión en los hombros que ha marcado buena parte de la preparación.
Por su parte, Saúl Craviotto consiguió sus cuatro medallas en tres citas anteriores: Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, donde conquistó un oro con Cristian Toro en K2 200 y un bronce en K1. En la cita china fue campeón olímpico en el K2 500 junto a Carlos Pérez Rial y en la capital británica se colgó una plata en K1 200m. Ahora busca igualar o superar al palista de Cangas en las dos pruebas en las que participa.
El ilerdense, que se ganó a media España cocinando en un famoso concurso televisivo, nuevamente paleará en el K1 200 metros con el objetivo de mejorar el bronce de Río, y doblará en el K4 500 capitaneando la ilusionante embarcación española, donde estarán el campeón olímpico Marcus Walz y los gallegos Rodrigo Germade -diploma olímpico en K4 1000 en Río- y Carlos Arévalo, que también competirá, como Craviotto, en el K1 200 tras ganar el selectivo. No entrará en competición hasta el 4 de agosto con las series de la prueba individual.
SAÚL QUIERE MÁS OROS QUE NADIE
Una medalla para ambos, sea del color que sea, les igualaría a David Cal, pero dos metales más les daría la gloria olímpica por mucho tiempo en el deporte español. Y en el caso de Craviotto, un metal dorado completaría una jugada maestra al convertirse también en el deportista español con más oros en la historia de los Juegos Olímpicos.
Actualmente, el piragüista catalán empata a dos con otros cinco deportistas en esta particular clasificación. El citado Joan Llaneras, el gimnasta Gervasio Deferr, el tenista Rafael Nadal -en individuales y dobles- y los regatistas Luis Doreste y Theresa Zabell.
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