El diario de Amilibia: Rita, ¿y un cursillo para vosotras?

Para evitar más errejonazos, Sumar ofrece una solución pedagógica digna de las madres ursulinas, aquellas que recomendaban a las niñas pijas de entonces que permanecieran con las rodillas siempre juntas al sentarse, o de los cantautores actuales que confiesan que tocar el culo a las chicas en los conciertos distorsiona su mensaje, así que mejor abstenerse. Los de antes decían cosas más heavys. Sumar va a poner en marcha, no se sabe aún si con la Yoli como catedrática (todo se acaba pegando), un curso obligatorio de feminismo para sus dirigentes. Digo yo, ¿no se sentirán discriminados los cuadros inferiores, los equipos, los asesores, el resto de la congregación? ¿Acaso no necesitan ellos participar en la ilustración del «solo sí es sí» y «no es no»? ¿No son ellos merecedores de ver cómo explica la Yoli «La ley del silencio» en versión para sordomudas?

Cuentan las lenguas viperinas que Pablo Iglesias, el que esperaba en el baño del bar a la chica de la barra que le gustaba, el que soñaba con fustigar hasta la sangre a Mariló Montero, quizá imparta algunas clases sobre «Asaltar el cielo feminista», aunque ha manifestado en la intimidad que él es más partidario de echar bromuro en la máquina del café del aula de los dirigentes. Rita Maestre ha escrito en las redes refiriéndose a su ex novio Errejón: «Cómo no pudimos ver que estábamos ante alguien con esas múltiples caras, cómo pudimos cegarnos ante ese nivel de manipulación». «El buen novio era a la vez un misógino». «Me siento profundamente engañada y ese engaño resulta devastador», ha añadido. Elisa Mouliaá, la actriz de esta peli X, confiesa: «Ni sé cómo fui tan gilipollas».

Ay, qué hacer con vosotras, Rita. ¿Un cursillo sobre cómo ser apasionadas, pero no idiotas? Eso o volver a las ursulinas.